lunes, 22 de febrero de 2016

Biografías de cine: Annette Kellerman (I)

Han pasado 100 años desde que Annette Kellerman se convirtió en la primera
persona en aparecer desnuda en una película de Hollywood. Pero éste fue tan solo uno de los destacados momentos en la vida de esta mujer.
Annette Marie Sarah Kellerman nación en Marrickville, un suburbio de Sidney, el 6 de julio de 1887, hija de padre australiano y madres francesa. Kellerman sufrió de raquitismo en su infancia y recibió clases de natación para fortalecer sus piernas. A los 13 años se había curado y para los 15 había ganado su primera carrera.
A inicios del nuevo siglo, ella había logrado romper todos los marcas mundiales en natación y comenzó a explotar el potencial comercial de sus habilidades: la futura actriz montó espectáculos en los que nadaba entre peces de un acuario y se lanzó en clavados en el Teatro Real de Melbourne.
En 1905, se mudó a Reino Unido donde nadó 27 kilómetros en el río Támesis -entre Putney y Blackwall- e intentó sin éxito en convertirse en la primera mujer en cruzar el Canal de la Mancha que separa Inglaterra de Francia.
Muy pronto se volvió una estrella del espectáculo de vaudeville, tanto en el Reino Unido como en Estados Unidos, desarrollando un espectáculo de ballet acuático combinado con clavados.
En julio de 1907, el Herald Tribune de Chicago aconsejaba no perderse el espectáculo de Kellerman: "Ella no es sólo una experta nadadora sino una mujer hermosa, insuperable en su traje de baño.
En Chicago, asombró a una multitud saltando al agua desde el mástil de un barco a vapor y para 1914 sus ingresos por semana ascendían a 2.500 dólares (el equivalente a unos 60.000 dólares actuales).
Pero Kellerman no sólo fue una pionera en el mundo del espectáculo sino que también cruzó fronteras en el mundo de la moda.
En su Australia natal, las mujeres que participaban en pruebas de natación usaban desde 1870 pantalones cortos, no enaguas, al igual que los hombres.
Esto no estaba permitido en Reino Unido en 1905, donde Kellerman tenía que presentarse ante la familia real británica en el Club de Natación de Londres.
Viendo que unas enaguas le impediría nadar con eficacia, la protagonista de nuestra historia decidió improvisar, cosiendo unas medias negras en su traje de baño para hombres y fabricando así un solo traje, considerado el primero en la historia de los trajes de baño para mujeres en el siglo XX.
En 1907, Kellerman fue arrestada en la playa Revere, en Boston, Estados Unidos, por vestir uno de sus trajes sin unas enaguas. Pero el juez aceptó que había sido designado para hacer ejercicio y que se trataba de un comportamiento decente, sólo le pidió que usara las enaguas hasta que entrara al agua.
El incidente generó una amplia publicidad y Kellerman aprovechó para producir su propia marca de trajes de baño, que se conocieron genéricamente como "Kellerman".
La escritora Mildred Adams recuerda que algunas de las personas que habían concurrido a los espectáculos de la nadadora compraron estos trajes pero la mayoría los cubrían con una pollera cuando estaban en la playa.
Su fama la llevó al cine y Kellerman comenzó a actuar en pequeñas producciones. En La hija de Neptuno (Neptune's daughter), filmada en 1914 y dirigida por Herbert Brenon, ella vistió un traje de color piel para sus escenas debajo del agua.
Dos años después, llegó el turno de Una hija de los dioses (A Daughter of the Gods, 1916), también dirigida por Herbert Breno y producida por Fox Film Corporation. Basada en la obra de Broadway estrenada en 1902, The Darling of the Gods, de David Belasco y John Luther Long, aunque está se desarrollaba en el Japón Feudal. En la película, ella aparece sentada en la rama de un árbol, sus brazos extendidos hacia arriba, pero sus senos no se ven debido a que están cubiertos por su larguísimo cabello. Puede no parecer una escena muy arriesgada para nuestros días pero para una película estrenada en 1916 fue todo un hito. En la película, Kellerman interpretó al personaje de Anitia, quien se enamoraba de un príncipe y lograba la ayuda de los habitantes de una tierra de gnomos para luchar en contra de los enemigos de su amado. En la cinta aparecían también un sultán, una bruja mala, un hada buena y varios eunucos- y provocó una fuerte repercusión, aunque ninguna copia llegó hasta nuestros días.
Fue descrita erróneamente como la primera producción de Hollywood que costó un millón de dólares (la revista Variety estimó que en realidad costó unos 850.000 dólares). Las ganancias generadas alcanzaron 1.390.000 dólares. La película fue más que un simple intento de generar controversia y recibió generalizadas buenas críticas, aunque en algunas partes de Estados Unidos y Australia hubo intentos fallidos de prohibirla. Este año se cumple el primer centenario de su estreno.
(cont.)

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