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Nada crece a la luz de la luna

Torborg Nedreaas

Traducción de Mariano González Campos

Errata naturae

Madrid

2016

272 págs.

Una obra maestra de la literatura nórdica. Torborg Nedreaas es una de las grandes escritoras noruegas del siglo XX.

Esta fascinante novela comienza de un modo tan sugerente como misterioso: en la estación de tren de una gran ciudad, un paseante, casi un voyeur, descubre a una mujer todavía joven que deambula solitaria ya de noche. La mujer sigue al hombre hasta su casa, y allí le ofrece o su cuerpo o su historia, como en los cuentos del lejano Oriente. El hombre elige conocer la vida de la mujer.

Así, a lo largo de una noche sabremos quién fue ella, quién fue aquel profesor y amante al que veneró l de jovencita., cuáles fueron sus deseos y sus esperanzas, sus ansias y sus frustraciones, cuál fue su amor tormentoso y clandestino. Café, alcohol y cigarrillos, los ruidos de la noche, unos pasos en el piso de arriba, un portazo que se oye en casa de algún vecino, un tranvía que frena al final de la calle...  , son los elementos que se acompasan con la voz de la desconocida. Pasan las horas, y la voz de la mujer, como un susurro a veces ingenua, a veces desgarrador, entrega al hombre (pero en realidad a los lectores) su íntimo caudal de recuerdos, liberando así un apasionantes relató que llevaba demasiado tiempo escondido.

Publicada por primera vez en Noruega en 1947, Nada crece a la luz de la luna es uno de los grandes clásicos modernos nórdicos, leído por distintas generaciones desde entonces, incluso convertido en obra de teatro y película décadas después de su publicación. Torborg Nedreaas maestra de atmósferas tan dramáticas como sensoriales y llenas de de matices, muy crítica con las desigualdades sociales a la vez que alienta a la prodigiosa naturaleza de Noruega.

Torborg Nedreaas, feminista y comunista fue llamada a menudo la Simone de Beauvoir noruega, aunque es una novelista de mayor altura literaria, sin duda. Ante todo, una narradora aclamada por la crítica por la profundidad y la finura de sus análisis psicológicos y por la gran calidad de su escritura, muy poética y de potentes imágenes, muy cercanas a las sensaciones y pensamientos de los individuos. Fue profesora de música. Debutó en 1945 con un libro de relatos breves, pero saltó a la fama con la obra que ahora comentamos. En 1950 obtuvo el Premio de la Crítica de su país y en 1964 el Premio Doubloug.