En julio de 1966 se estrenó la película cubana La muerte de un burócrata, dirigida por Tomás Gutiérrez Alea. Protagonizada por Salvador Wood, Silvia Planas, Manuel Estanillo, Gaspar de Santelices, Carlos Ruiz de la Tejera. Productora: Instituto Cubano del Arte y la Industria Cinematográfica (ICAIC). Duración: 85 minutos.
Sinopsis argumental: Un obrero ejemplar es enterrado con su carnet laboral en reconocimiento a sus méritos, pero su viuda no puede cobrar la pensión sin ese documento. El sobrino del difunto vive alucinantes aventuras para recuperar el carnet de la tumba de su tío. "Un golpe de ataúd en tierra es algo perfectamente serio", escribió Antonio Machado, y lo es siempre que el cadáver no arrastre consigo sus documentos de identidad en medio de un remolino burocrático, porque entonces se desata el absurdo. Esta película es una sátira social que disfruta denunciando un viejo mal, sus consecuencias y derivaciones, con el desenfado que caracteriza el humor criollo y caribeño.
Comentario: Es una sátira de la burocracia cubana de la época posterior a la revolución, y de lo enrevesado que puede llegar a ser conseguir cosas aparentemente sencillas. Se cumple el quincuagésimo aniversario de su estreno.
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