Actores de primera
Estrellas de segunda
T & B Editores
Madrid
2012
543 págs.
¿Cómo se llamaba aquel actor que salía en Centauros del desierto? Aquel con cara de tonto que buscaba una mecedora y sale en tantos westerns… ¿Y esa actriz que daba masajes a James Stewart en La ventana indiscreta? Aquella que siempre hacía de cotilla cascarrabias…
Interrogantes cinéfilos habituales para cualquier espectador que identifica el rostro de un actor o una actriz, seguro de verlo en muchas más películas pero incapaz de recordar su nombre. Las respuestas son Hank Worden y Thelma Ritter. Y al igual que Ernest Borgnine, Jo Van Fleet, Donald Meek, Jane Darwell, Chill Wills o Andy Devine, y una lista casi interminable de nombres, son actores característicos. En contadas ocasiones algunos tuvieron la suerte de verse en primer lugar en los créditos, pero la mayoría siempre desarrollaron su carrera varios renglones por debajo del protagonista.
Este paseo es un tributo no exhaustivo a un buen puñado de los mejores característicos del cine norteamericano. Es la secuencia protagonista que se merecen, un primer plano sostenido que evoca sus grandes interpretaciones, anécdotas, triunfos y derrotas, premios y fracasos. Como en la vida, como en el buen cine, se entremezclan con humor y melancolía, ironía y tragedia.
Un recorrido lleno de respeto y admiración hacia una labor a menudo poco reconocida. Los actores de reparto son la viga maestra de la historia, apuntalan el fotograma dándole autenticidad, y en ocasiones pasan a ser el centro de atención por un momento, iluminando la escena.
Llega el momento en que los actores de reparto se apartan de su marca, abandonan los rincones del plano y se colocan en primer término haciendo sombra a la estrella para ser iluminados por la luz protagonista.
Bienvenidos a la Meca del cine, poblada por los mejores secundarios de nunca jamás.
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