En una buena mesa no pueden faltar los buenos caldos que acompañen a los suculentos alimentos que vamos a tomar. Antes de continuar, citemos unas palabras del historiador Bernardo Sánchez Salas: el cine y el vino son un producto de la oscuridad que es un elemento que asegura que una película esté bien impresionada y que un vino reciba la quietud que necesita. Ahora, recordemos algunas películas relacionadas con el vino (la lista sería interminable pero sólo citaré algunas de ellas), como:
Días de vino y rosas (Days of Wine and Roses), es una película estadounidense de 1962, dirigida por Blake Edwards, que trata de forma muy realista los estragos que produce el abuso del alcohol.
Un paseo por las nubes (A Walk in the Clouds, 1994) dirigida por Alfonso Arau, una historia de amor y vicisitudes entre unos viticultores.
La multipremiada Entre copas (Sideways, 2004), el director de las aclamadas Election (1999) y A propósito de Schmidt (About Schmidt, 2002), Alexander Payne, firma otra comedia dramática que narra un viaje por el mundo de la enología.
No podemos dejar de señalar a la mítica serie de televisión norteamericana de la década de 1980, Falcon Crest, que narraba las aventuras de dos familias de viticultores californianos enfrentados (los Channing de la finca de Falcon Crest y los Gioberti) en el inventado Valle de Tuscany, trasunto ficticio del real Valle de Napa, próximo a San Francisco. En TVE, Gran Reserva, estrenada la semana pasada.
(cont.)
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