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Gracias al cine hemos saboreado ingredientes y platos como:
- Los knichi, un plato ficticio, -que Charles Boyer servía a Jane Fonda en Descalzos por el parque (Barefoot in the Park, 1967) de Gene Saks -que amargaban sino se comían a tiempo.
- Los caracoles con Julia Roberts en Pretty Woman (1990) de Garry Marshall o con Sharon Stone en Beautiful Joe (2000) y en la ya nombrada Delicatessen.
- Un aperitivo, Martini con vodka, “martini mezclado, no agitado”, con Sean Conery en Doctor No (1967), la primera película de la saga de James Bond, el agente 007.
- Los raviolis calentitos en la bellísima El camino a casa (Wo de fu qin mu qin, 1999) de Zhang Yimou.
- El “pastel bebé malo”, una quiche rellena de queso Brie, bacon ahumado y huevo de La camarera (Waitress, 2008) de Adrienne Shelly.
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