La actriz francesa falleció el 31 de julio de 2017 a los 89 años de edad. La revisión de diez de sus películas que sacan a la luz a su enorme talento, pero también su temperamento, su bella, fuerte y legendaria personalidad.
Si en la gran pantalla fue la intérprete del amor, del deseo y de la pasión, Jeanne Moreau abordó siempre el registro de los sentimientos con un sentido del desafío. En primer lugar, mediante la imposición de una belleza diferente a la de las otras estrellas de su época, encarnando a una mujer atrevida y valiente, libre, seductora e inteligente, que se salta las convenciones sociales e incluso la delgada línea que separa el bien y el mal. Fue la musa de los más grandes cineastas, sabía fascinar en también en las comedias picantes, que con la llegada de la ancianidad supo dar un giro a su carrera. Un fenómeno de actriz que acumuló una gran cantidad de distinciones. Actriz de teatro, cine y televisión, fue también directora de cine, teatro, ópera, guionista y escritora.
1.- Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l'échafaud, 1958), de Louis Malle: La mujer con cabeza.
Tenía treinta años cuando la rueda después de diez años continuado trabajo. Él (Malle), veintiséis, y después de haber dirigido un exitoso documental El mundo del silencio (Le monde du silence, 1956), debuta en el cine de ficción. El joven Louis Malle tiene una visión de Jeanne Moreau llena de seguridad y de justicia. Le confía el papel de Florence Carala, una importante burguesa casada que mantiene una relación extramatrimonial con Julien, su amante (interpretado por Maurice Ronet), al que pide que maté a su marido Simon (interpretado por Jean Wall), que también es jefe de la empresa donde trabaja Julien. Este lo mata pero olvida descolgar una soga que puede levantar sospechas, así que regresa al edificio justo en el momento en que el guardia de seguridad corta la electricidad y cierra las puertas. Como resultado, el protagonista queda atrapado en el ascensor, a mitad entre dos pisos. Para mayor desgracia, afuera una pareja de jovencitos (Georges Poujouly y Yori Bertin) roban su automóvil. Sin noticias de su amante, Florece Carala deambula sola en la noche parisina esperando que vuelva...
En medio de esta soledad, el amor se convierte en un monólogo interior, un magnifico encantamiento: las imágenes de Jeanne Moreau vagando por las calles están entre las más bellas del cine moderno y la voz en off de la actriz se superpone como un canción de amor intelectual.
Frente a la tragedia que ella ha provocado, al dolor infinito que aparecerá al despuntar el día, Florence Carala se refugia en sí misma. Su fuga con Julien la vive en su pensamiento, la felicidad que tenía ideada no desaparecerá jamás. ¿Quién podía mejor representar esta transición hacia una pasión puramente mental? Jeanne Moreau sabía como nadie mezclar en un mismo registro de lo emocional una parte intelectual y hacer que deslumbre. Algo parecido realizó durante su interpretación de Lidia en La noche (La notte, 1961), de Michelangelo Antonioni.
2.- Eva (1962), de Joseph Losey: la femme fatale.
Ella ama el dinero, el juego y las canciones de Billie Holiday, y desprecia a los
hombres, a los que colecciona. Es fría, insensible, amoral, calculadora y cruel. Eva dejará un amargo recuerdo en uno que conoció en Venecia, el cual estaba preparado para morir por ella... Pero todo no es perfecto en la película del que Joseph Losey renegó y, sin embargo, realizó con dedicación para hacer de Jeanne Moreau, la más fatal de las mujeres, y vaya si lo consiguió: la actriz poseía un don fascinante para el juego de la seducción autoritaria, arrogante y dominadora. Losey volvió a trabajar con ella en El otro señor Klein (Mr. Klein, 1976), lcon algunas escenas en las que la Moreau representa a una mujer misteriosa, sensual, sagaz y que trata de dominar a su pareja, Alain Delon, quien, acaba imponiéndose. Algunos años más tarde, Luc Besson invitará a Jeanne Moreau a dar un curso de belleza en su Nikita, dura de matar (Nikita, 1990). A los sesenta y dos años, se había convertido en la gran maestra de la seducción.
3.- La bahía de los ángeles (La Baie des anges, 1963), de Jacques Demy: la escandalosa.
Cabello rubio platino Rubia platino arremolinado, ella es asidua de los casino y juega a la ruleta como si fuera la ruleta rusa, parece no respetar nada, ni el dinero, ni la suerte, ni la mala suerte, ni la vida, ni la muerte, Y para que todo esté meridianamente claro, la asombrosa Jackie exclama al principio de esta magnifica película de Demy, al ser expulsada de un salón de juegos: "Yo os voy a preparar un bonito escándalo". Escandalosa y orgullosa de serlo, Jeanne Moreau, aparece en la pantalla como si disfrutara de un malicioso placer. En Los amantes (Les amants, 1958), de Louis Malle, Las relaciones peligrosas (Les Liaisons dangereuses, 1959), de Roger Vadim o Diario de una camarera (La Journal d'une femme de chambre, 1964), de Luis Buñuel, es objeto de deseo y cuerpo del delito, objet du désir et corps du délit, se salta las convenciones sociales y se pasa de la raya. Sin esperar a la liberación de las mujeres, es una mujer libre jugando a la verdad como la inolvidable Jackie.
4.- Mata-Hari, agente H-21 (Mata Hari, Agent H 21, 1965), de Jean-Louis Richard: la perversa mujer.
Bajo la dirección de su primer marido y padre de su único hijo, y con un guión de Truffaut, la actriz parecía comparar aquí su propia leyenda, ya muy establecida, con la de una figura mítica, la espía Mata Hari. Pero esta película de agradables aventuras conduce directamente hacia la tragedia: a fuerza de mentiras, esta Mata Hari traiciona sus propios sentimientos, dañando al hombre que ama y acaba siendo fusilada, sin perdón y jamás deshonrada. La interpretación de Jeanne Moreau pasa al mismo tiempo de una alegría casi infantil a una perversidad vil y cruel. Interpretar a una mujer con una personalidad tan perversa, era otra forma de audacia y coraje, que ilustra igualmente Mademoiselle (1966), de Tony Richardson. Jeanne Moreau eligió la película, con guión de Genet, para interpretar el papel de una sociopata maestra que trae la desgracia a todo un pueblo. ¡En la vida real fue acusada porVanessa Redgrave como la culpable de su divorcio de Tony Richardson!
Si en la gran pantalla fue la intérprete del amor, del deseo y de la pasión, Jeanne Moreau abordó siempre el registro de los sentimientos con un sentido del desafío. En primer lugar, mediante la imposición de una belleza diferente a la de las otras estrellas de su época, encarnando a una mujer atrevida y valiente, libre, seductora e inteligente, que se salta las convenciones sociales e incluso la delgada línea que separa el bien y el mal. Fue la musa de los más grandes cineastas, sabía fascinar en también en las comedias picantes, que con la llegada de la ancianidad supo dar un giro a su carrera. Un fenómeno de actriz que acumuló una gran cantidad de distinciones. Actriz de teatro, cine y televisión, fue también directora de cine, teatro, ópera, guionista y escritora.
1.- Ascensor para el cadalso (Ascenseur pour l'échafaud, 1958), de Louis Malle: La mujer con cabeza.
Tenía treinta años cuando la rueda después de diez años continuado trabajo. Él (Malle), veintiséis, y después de haber dirigido un exitoso documental El mundo del silencio (Le monde du silence, 1956), debuta en el cine de ficción. El joven Louis Malle tiene una visión de Jeanne Moreau llena de seguridad y de justicia. Le confía el papel de Florence Carala, una importante burguesa casada que mantiene una relación extramatrimonial con Julien, su amante (interpretado por Maurice Ronet), al que pide que maté a su marido Simon (interpretado por Jean Wall), que también es jefe de la empresa donde trabaja Julien. Este lo mata pero olvida descolgar una soga que puede levantar sospechas, así que regresa al edificio justo en el momento en que el guardia de seguridad corta la electricidad y cierra las puertas. Como resultado, el protagonista queda atrapado en el ascensor, a mitad entre dos pisos. Para mayor desgracia, afuera una pareja de jovencitos (Georges Poujouly y Yori Bertin) roban su automóvil. Sin noticias de su amante, Florece Carala deambula sola en la noche parisina esperando que vuelva...
En medio de esta soledad, el amor se convierte en un monólogo interior, un magnifico encantamiento: las imágenes de Jeanne Moreau vagando por las calles están entre las más bellas del cine moderno y la voz en off de la actriz se superpone como un canción de amor intelectual.
2.- Eva (1962), de Joseph Losey: la femme fatale.
Ella ama el dinero, el juego y las canciones de Billie Holiday, y desprecia a los
hombres, a los que colecciona. Es fría, insensible, amoral, calculadora y cruel. Eva dejará un amargo recuerdo en uno que conoció en Venecia, el cual estaba preparado para morir por ella... Pero todo no es perfecto en la película del que Joseph Losey renegó y, sin embargo, realizó con dedicación para hacer de Jeanne Moreau, la más fatal de las mujeres, y vaya si lo consiguió: la actriz poseía un don fascinante para el juego de la seducción autoritaria, arrogante y dominadora. Losey volvió a trabajar con ella en El otro señor Klein (Mr. Klein, 1976), lcon algunas escenas en las que la Moreau representa a una mujer misteriosa, sensual, sagaz y que trata de dominar a su pareja, Alain Delon, quien, acaba imponiéndose. Algunos años más tarde, Luc Besson invitará a Jeanne Moreau a dar un curso de belleza en su Nikita, dura de matar (Nikita, 1990). A los sesenta y dos años, se había convertido en la gran maestra de la seducción.
3.- La bahía de los ángeles (La Baie des anges, 1963), de Jacques Demy: la escandalosa.
Cabello rubio platino Rubia platino arremolinado, ella es asidua de los casino y juega a la ruleta como si fuera la ruleta rusa, parece no respetar nada, ni el dinero, ni la suerte, ni la mala suerte, ni la vida, ni la muerte, Y para que todo esté meridianamente claro, la asombrosa Jackie exclama al principio de esta magnifica película de Demy, al ser expulsada de un salón de juegos: "Yo os voy a preparar un bonito escándalo". Escandalosa y orgullosa de serlo, Jeanne Moreau, aparece en la pantalla como si disfrutara de un malicioso placer. En Los amantes (Les amants, 1958), de Louis Malle, Las relaciones peligrosas (Les Liaisons dangereuses, 1959), de Roger Vadim o Diario de una camarera (La Journal d'une femme de chambre, 1964), de Luis Buñuel, es objeto de deseo y cuerpo del delito, objet du désir et corps du délit, se salta las convenciones sociales y se pasa de la raya. Sin esperar a la liberación de las mujeres, es una mujer libre jugando a la verdad como la inolvidable Jackie.
4.- Mata-Hari, agente H-21 (Mata Hari, Agent H 21, 1965), de Jean-Louis Richard: la perversa mujer.
Bajo la dirección de su primer marido y padre de su único hijo, y con un guión de Truffaut, la actriz parecía comparar aquí su propia leyenda, ya muy establecida, con la de una figura mítica, la espía Mata Hari. Pero esta película de agradables aventuras conduce directamente hacia la tragedia: a fuerza de mentiras, esta Mata Hari traiciona sus propios sentimientos, dañando al hombre que ama y acaba siendo fusilada, sin perdón y jamás deshonrada. La interpretación de Jeanne Moreau pasa al mismo tiempo de una alegría casi infantil a una perversidad vil y cruel. Interpretar a una mujer con una personalidad tan perversa, era otra forma de audacia y coraje, que ilustra igualmente Mademoiselle (1966), de Tony Richardson. Jeanne Moreau eligió la película, con guión de Genet, para interpretar el papel de una sociopata maestra que trae la desgracia a todo un pueblo. ¡En la vida real fue acusada porVanessa Redgrave como la culpable de su divorcio de Tony Richardson!
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