Desde treinta años el cine ha señalado la fatal trayectoria de la enfermedad y la vida de los que la sufren. Con motivo del estreno, el 23 de agosto de 2017, de la película francesa 120 pulsaciones por minuto (120 battements par minute), dirigida por Robin Campillo, que recibió el gran premio del Jurado en el pasado Festival de Cine de Cannes, traemos a colación diez películas que han tratado el tema de la lucha contra esta enfermedad mortal.
El flashback es impresionante, hace treinta años que el cine habla del SIDA. Una larga historia que en la pantalla se cuenta de varias formas:
- El combate individual
- La lucha colectiva
El combate individual
El primero está escrito y escenificado en primera persona del singular. Se trata que los cineastas traten este delicado y doloroso tema, incluso tabú, donde se muestre a una persona afectada por la enfermedad, frente al resto de la humanidad, frente al mundo. El destino del personaje seropositivo atraviesa, aveces, el del propio director como sucede en la también película francesa Las noches salvajes (Nuits fauves, 1992), de Cyril Collard, largometraje emblemático de toda una época. El SIDA, es la historia de este hombre, que es algo de mí, que soy yo o que podría ser yo, así permite narrarlo al cine.
La lucha colectiva
El segundo capítulo será el de la primera persona del plural. Y la película que marca el punto de inflexión, mejor dicho una serie de televisión, fue una miniserie televisiva Angels in America (2003), basada en la obra teatral Angels in America: A Gay Fantasia on National Themes de Tony Kushner. Está ambientada en 1985, narra la historia de dos parejas cuyas relaciones se disuelven en medio del contexto político del mandato de Ronald Reagan, la difusión de la pandemia de VIH/SIDA y distintos cambios sociales y políticos. Estamos en plena crisis sanitaria, no existen tratamientos eficaces contra la enfermedad. Pero fuera de la urgencia que caracteriza a los primeros dramas sobre el tema: al hilo del relato, se desarrollan todo tipo de perspectivas, gracias las vidas cruzadas de los distintos personajes. El SIDA se convierte en un asunto de grupo, de la sociedad; es una historia de nuestro tiempo y de todos. Este enfoque será el elegido por diversos cineastas, revisitando el pasado con este deseo colectivo, el deseo de mostrar el comienzo de la lucha contra la enfermedad y el nacimiento de la solidaridad. Como lo hace magnifícamente Robin Campillo en 120 pulsaciones por minuto.
Otros tratamientos
Además de los dos enfoques citados anteriormente, a lo largo de estos treinta años transcurridos de cine y SIDA, han existido otros puntos de vista, otras perspectivas, otros temas, en el tratamiento cinematográfico de la enfermedad. Desde el virus que amenaza a los amantes de Mala sangre (Mauvais sang, 1986), de Leo Carax, a lo que desaparece en el análisis de sangre del bebé nacido en Todo sobre mi madre (1992), de Pedro Almódovar. Aunque los personajes femeninos han sido raros no podemos dejar de citar a la adolescente seropositiva de Precious (Precious: Based on the Novel Push by Sapphire, 2009), de Lee Daniels, ni los dos retratos de mujeres afectadas por la enfermedad que ha realizado Philippe Faucon: el largometraje Sabine (1993) y la película para televisión Mes dix-sept ans (1996). Incluso la ciencia-ficción no ha dejado de lado el tema, en la increíble Johnny Mnemonic (1995), en la que el cerebro de Keanu Reeves usado como disco duro podía teletransportar algo así como la fórmula de la vacuna contra el SIDA... ¿Seguirán estos otros enfoques de la enfermedad? La última película de nuestra lista es la única que trata el tema del SIDA en la actualidad, en el presente. Decir que, si todo ha cambiado, aun no es demasiado pronto para echar una mirada retrospectiva.
(cont.)
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