Durante la ocupación, Feyder se refugió en Suiza. Rodó Desaparece una mujer (Une femme disparaît, 1942), en escenarios naturales suizos y con Françoise Rosay interpretando a cuatro mujeres diferentes.
Pero luego, se inició una etapa de vacío y depresión en la vida de Feyder. Mientras que François Rosay conseguía algunos ingresos realizando giras teatrales por Bretaña y el norte de África, actuando en historias escritas por su marido, el se dedicaba a enseñar cine en el Conservatorio de Ginebra. También escribió un libro, que incluía algunos capítulos de su mujer sobre el arte de la interpretación, y que fue publicado en 1944 con el título de Le Cinéma. Notre Métier.
Al igual que otros muchos artistas europeos, tras la liberación, Feyder se encontró algo desplazado (a pesar de su retorno a París). Había surgido ya una nueva generación, Feyder estaba gravemente enfermo y su trabajo como supervisor artístico de Macadam (1946), dirigida por el relativamente inexperto Marcel Blistène, resultó ser demasiado fatigoso. Fue su último esfuerzo. Jacques feyder falleció el 25 de mayo de 1948.
Sobrio, tranquilo, lleno de sentido del humor hasta el final de sus días, fue muy admirado por sus colegas y es muy especialmente apreciado en Bélgica, donde es considerado como el director nacional más famoso.
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