En esta entrada realizaremos una retrospectiva de las películas dedicadas al periodismo durante la época dorada del cine americano sobre la prensa y hemos seleccionado estos cinco títulos:
1.- Luna nueva (His Girl Friday, 1940), de Howard Hawks. Es, a su vez el remake de una película de 1931, Un gran reportaje (The Front Page), primera adaptación cinematográfica de la obra de teatro de Ben Hecht y Charles MacArthu. El trasunto del periodismo presentado en forma de comedia romántica era ya bien conocido, ilustrado también en 1935 por el la famosa Sucedió una noche (It Happened One Night, 1934), dirigida por Frank Capra, en la que un reportero, interpretado por Clark Gable, seduce a una joven y rica heredera, Ellen "Ellie" Andrews (Claudette Colbert). En Luna nueva, Cary Grant es un periodista que, para evitar que su esposa se vaya con otra persona, le da una primicia: Hildy (Rosalind Russell) es una reportera destacada en el Morning Post e inmediatamente abandona sus planes de una nueva vida para comenzar a escribir el artículo. "Cualquier semejanza con los periodistas de hoy es puramente involuntaria", se ríe Hawks en una advertencia escrita en los créditos. En 1974, hubo una tercera versión Primera plana (The Front Page), obra de Billy Wilder. Y a Ted Kotcheff le corresponde la cuarta versión, Interferencias (Switching Channels, 1988). La fiebre de las "noticias de última hora" es más fuerte que los sentimientos: el tema probablemente siga siendo relevante en la actualidad, podría demostrar una nueva versión.
2.- Ciudadano Kane (Citizen Kane, 1941), dirigida, escrita, producida y protagonizada por Orson Welles. La película más famosa de todos los tiempos en torno a la prensa. Es casi un detalle, ya que el estilo de Welles y sus inventos visuales han monopolizado la atención, pero es, por tanto, esencial. Inspirada por la historia del magnate William Randolph Hearst, quien construyó su imperio lanzando una guerra de precios y por medio del sensacionalismo sensacional entre varios periódicos estadounidenses, Ciudadano Kane predice el futuro. Su indignación formal anuncia el gigantismo del mundo de los medios y la pasión irracional que conllevan. Es más que la ambición de un gran emprendedor, está más allá del significado de los negocios, es más fuerte que la razón: es la prensa. Y ser William Randolph Hearst o Charles Foster Kane no se trata solo de éxito o fracaso, se trata de convertirse en el mundo en movimiento. Está considerada como una de las obras maestras de la historia del cine, siendo particularmente alabada por su innovación en la música, la fotografía y la estructura narrativa.
3.- Juan Nadie (Meet John Doe, 1941), de Frank Capra. Una joven periodista tiene la idea de escribir una carta imaginaria firmada por John Doe, para denunciar la miseria y la hipocresía que pueden llevar a al suicidio. El éxito del artículo es tal que el periódico decide buscar un Juan Nadie y decide contratar para esto contrata a un vagabundo (interpretado por Gary Cooper), antiguo jugador de béisbol que acaba convirtiéndose en un personaje muy popular, en el que todos los americanos parecen reconocerse, que luego será considerado un líder de opinión. La lucidez de la fábula que propone Juan Nadie hace que esta película no sea de las más optimistas de Frank Capra. Aún, expresando la necesidad de un cierto humanismo y de solidaridad, el director nos muestra la manipulación de los buenos sentimientos, por una prensa que quiere ser la voz de todos, aunque sea mintiendo... El año 1942 verá también a Katherine Hepburn en el papel de una periodista en La mujer del año (Woman of the Year), de George Stevens, obra en la se convierte en la voz de la emancipación y la independencia de la mujer. Pero esta nota alegre no evita una duda profunda.
4.- El gran carnaval (Ace in the Hole, 1951), escrita y dirigida por Billy Wilder. Galardonada con el Premio Internacional del Festival Internacional de Cine de Venecia 1951; y el premio National Board of Review 1951: a la mejor actriz, Jan Sterling. He aquí el gran carnaval, título original de la película en la que, para volver a convertirse una vez más en un reportero estrella que ya no es, Chuck Tatum toma un hecho banal y lo transforma en una tragedia nacional. Al igual que Kirk Douglas, que representa al periodista ambicioso y sin escrúpulos ,este retrato un carroñero en plena acción es sangrante. Cuando grita "¡Estamos en el siglo XX, y en su segunda mitad! Podrías pensarse: "¡Estamos en el siglo XXI!". Sobre el poder de las imágenes impactantes y su instrumentalización, El gran carnaval está perfectamente sincronizado con las denuncias del periodismo que explotan la realidad más dramática, como se ve en Kika de Pedro Almodóvar (1993), o como en Night Call (2014), de Dan Gilroy. No solo ha pasado el tiempo de la inocencia, sino que también está en marcha el de la falta moral y la crueldad en nombre de las noticias.
5.- Último testigo (The Parallax View, 1974), de Alan J. Pakula. Dos años de Todos los hombres del presidente (All the President's Men), el talentosos Alan J. Pakula relató el trauma sufrido por Estados Unidos (el asesinato de Kennedy en 1963, luego de su hermano en 1968) a través de la historia de un periodista (Warren Beatty), que cuestiona la versión oficial de la policía cuando un candidato presidencial es abatido públicamente por un extraño considerado como un asesino aislado. El último bastión de la verdad y la democracia, ¿habría recuperado la prensa su honor en el cine estadounidense? Otra lectura de Último testigo es posible, a raíz de una película emblemática de 1960, Shock Corridor de Samuel Fuller. Para investigar un crimen sin resolver un periodista se interna en un hospital psiquiátrico. Y nunca volvió a salir. En un entorno completamente diferente, es la misma historia que cuenta Pakula: la de la muerte del periodismo. Ciertamente, en el campo de honor. Pero el heroísmo de quien lucha por una información real parece vano. En el tablero de ajedrez del mundo, el periodista ya no es un peón.
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