jueves, 30 de noviembre de 2017

El cine soviético en la era silente (VIII)

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Las secuencias que muestran a Alexander Kerensky, jefe del gobierno provisional tras la revolución de febrero de 1917 en el Palacio de Invierno en Octubre (Oktyabr, 1927), resultan sintomáticas. Pero la analogía irónica entre Kerensky y el jactancioso pavo real del reloj del zar no fue percibida por los espectadores contemporáneos y sólo sirvió para confundirlos. De ahí que, a pesar de ser uno de los mayores teóricos y artistas de su época, Eisenstein no lograse rodar la clase de películas que el partido requería y que cayese en desgracia, aunque sólo temporalmente, tras el fracaso de su película sobre la colectivización Lo viejo y lo nuevo (Staroe i novoie, 1928), conocida también, en ocasiones, como La línea general (Generalnoia Linnia). (2)
Fotograma de Octubre (1927)
Hubo, por supuesto, otros muchos directores activos en el cine soviético. Uno de los más famosos fue el ucraniano Aleksandr Dovzhenko (nacido Aleksandr Petróvich Dovzhenko 1894-1956). Dovzhenko inició su carrera en 1926, cuando se mudó a Odesa. Allí produjo el segundo guion que había escrito, Vasya reformátor (1926), el cual también dirigió. Posteriormente escribió y dirigió el thriller Sumka dipkuryera (1927). Obtuvo mayor éxito con Zvenigorá en 1928, lo cual lo estableció como uno de los cineastas más importantes de la época. Con la anterior y sus próximas dos películas Arsenal (1929), Tierra (Zemlyá, 1930), conocidas como la "Trilogía Ucraniana", son sus trabajos más conocidos internacionalmente, aunque los críticos soviéticos la despreciaron, ya que algunos consideraron que su realismo era contrarrevolucionario.
Fotograma de La tierra (1930), es una exaltación lírica de todo lo que vive y muere
En Georgia hubo también una activa industria cinematográfica que produjo películas más que notables, como:
Diablillos rojos (Krasniye Diavolyata AKA Tsiteli eshmakunebi, 1923), dirigida por Ivane Perestiani, adaptación de una novela de Pavel Blyakhin, son las aventuras de tres jóvenes soldados del Ejército Rojo que luchan contra el enemigo: Misha, Duniasha y Tom Jackson, este último afroamericano. 
- Mi abuela (Moya Babushka, 1929), dirigida por Kote Mikaberidze. Película cómica sobre la pérdida de tiempo, la ineficacia y la incompetencia en la burocracia. El final de la película presenta títulos con los lemas "¡Muerte a los burócratas!" "¡Muerte a la burocracia!" y expresiones similares. No es difícil entender por qué esta comedia social fue reprimida durante casi cincuenta años.
- Sal para Svanetia (Sol Svanetti AKA Jim Shvante AKA Marili Svanets, 1930), de Mikhail Kalatozov. Documental sobre las duras condiciones de vida de los habitantes de la región de Svanetia, en las montañas del Cáucaso.
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(2) Para saber más, ver las entradas en este mismo blog, Biografías de cine: Sergei M. Eisenstein (I), (II), (III), (IV) y (V), de (8/11/2017), (11/11/2017), (12/11/2017), (13/11/2017) y (14/11/2017), respectivamente. 

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