Biografías de cine: Aleksandr Dovzhenko (II)

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El poeta de Ucrania

El arsenal (Arsenal, 1929), también conocida como Levantamiento de enero de 1918 en Kiev, fue escrita por Dovzhenko en dos semanas, aunque tardó seis meses en rodarla y montarla. El mismo dijo: "Cuando la hice, me fijé dos tareas: desenmascarar el nacionalismo reaccionario ucraniano y convertirme en poeta de la clase obrera ucraniana que había conseguido la revolución social."

Arsenal culmina con la represión sangrienta por nacionalistas ucranianos de una
revuelta de trabajadores bolcheviques en una fábrica de municiones en 1918

Al igual que todas las películas de Dovzhenko gira en torno a la muerte: la muerte en las barricadas de una fábrica de municiones de Kiev. Según Eisenstein, Arsenal marcó la liberación de la acción de la definición del tiempo y el espacio". Cabe señalar que la película de Dovzhenko era al mismo tiempo lírica y comprometida, y que su uso de las imágenes congeladas, treinta años antes del plano final de François Truffaut en Los cuatrocientos golpes (Les quatre cents coups, 1959), no tenía nada de gratuito, sino que era profundo y lleno de sentido.

El arsenal (Arsenal, 1929)

La tierra (Zemlya, 1930) sigue siendo la película más famosa de Dovzhenko. En ella, la juventud y la vejez une fuerzas contra los Kuláks (término para designar a las campesinos ricos), la iglesia y los elementos reaccionarios de una sociedad tan llena de prejuicios como la de una pequeña aldea de Ucrania, en la que Vasili, un joven idealista , lleva el primer tractor a los labradores y derriba las vallas que separan sus tierras. Los Kuláks locales se resisten a esa innovación, temiendo la unidad de los campesinos pobres, y uno de ellos asesina a Vasili mientras éste estaba bailando por las calles de la aldea en plena noche. Dovzhenko rodó la película coincidiendo con el primero de los planes quinquenales de Stalin (1928-1932), que ponía el acento en la industrialización a costa de los campesinos, que muchas veces era ejecutados o desterrados a Siberia cuando se oponían a la colectivización. El éxito de las fábricas de Stalin en las áreas urbanas oscureció los sufrimientos humanos en regiones como Ucrania. La escena inicial de La Tierra, que muestra a un anciano muriendo en medio de unos perales es una de las más emblemáticas de la película. 

La tierra ( Zemlya, 1930)

Pero La tierra fue atacada por varios críticos en el momento de su estreno por conceder demasiada importancia al tema de la conjunción entre la muerte y la belleza. Por ejemplo, Harry Alan Potemkin la encontró demasiado introspectiva, demasiado reflexiva: "La película resulta demasiado sentimental y poética como para cumplir los objetivos que se ha fijado". Sin embargo, en la actualidad, esa conmovedora belleza poética es la que hace que La tierra siga teniendo impacto allí donde se exhibe: Los planos de manzanas y melones maduros, suntuosos y sensuales, y los de la trilladora trabajando en el campo demuestran la convicción de que el mundo es más significativo e importante que los individuos que pasan por él. 

Fotograma de La tierra (Zemlya, 1930)

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