lunes, 4 de diciembre de 2017

El cine soviético en la era silente (X)

(cont.)
Según él constituían: "No un noticiario como los de Pathé o Gaumont (un simple registro de acontecimientos), ni tan siquiera un Kino-Pravada (un noticiario político), sino un noticiario real Cine-Ojo, una rápida visión de acontecimientos visuales interpretados por la cámara cinematográfica, fragmentos de energía real (para distinguirla de la teatral), que mediante el arte del montaje, se van acumulando hasta formar un todo global".
Odinnadtsatyy (1928)
Por medio del montaje, el cineasta podía organizar "la vida tal como es", mejorarla y "ver y mostrar el mundo desde el punto de vista y el nombre de la revolución proletaria mundial". 
Fotograma Sal para Svanetia
Pero, a finales de la década de 1920, toda esta experimentación comenzó a dar paso a la nueva ortodoxia del realismo socialista. Los directores soviéticos desearon inicialmente utilizar el nuevo arma del sonido como parte integral de su concepto de montaje, con el sonido como contrapunto en lugar de como simple complemento o ilustración de la imagen: pero la situación política había cambiado ya. 
El cadáver viviente (1929)
Inmerso en un mundo de la colectivización y de la rápida industrialización, el cine soviético fue adaptándose gradualmente a las necesidades del realismo socialista e intentó "describir la realidad no tal como es sino la realidad tal como debería ser". Ese habría de ser la tarea claramente definida del cine soviético durante la década siguiente. 

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