Desde siempre los nativos de América son héroes del cine, peroo, raras, en su larga filmografía, son las obras accesibles a los niños. Hemos encontrados tres, sin embargo, para jugar a los indios (casi) sin los vaqueros.
1.- El gran combate (Cheyenne Autumn, 1964), de John Ford
La sinopsis: Enfermos y hambrientos, los últimos cheyenes abandonan sus reservas de Oklahoma para regresar a sus territorios ancestrales en Wyoming. Una joven maestra se les une, mientras que los casacas azules del capitán Archer son los encargados de perseguirlos.
Algo que les gustará: 2 horas y 45 minutos, una duración no habitual, para acostarse tarde o pasarse la tarde tumbado en el sofá con una piel de bisonte sobre las rodillas.
Lo que aprenderán: Filmada en Technicolor, con muchas licencias poéticas el éxodo de los cheyenes había tenido lugar entre1878 y 1879, hacia el parque de Yellowstone. Ocasión ideal para recordar la suerte de los indios, los "nativos americanos", como se le llamaba en su época y en Hollywood, que comenzó a rendirles homenaje a parti de esta película fundamental, la última película del oeste de John Ford. El recordatorio histórico puede ir acompañado de una guía sobre el rodaje, que se llevó a cabo principalmente en Monument Valley, en el mismo lugar donde Ford había rodado sus westerns más famosos - La diligencia (Stagecoach, 1939); La legión invencible (She Wore a Yellow Ribbon, 1949); Centauros del desierto (The Searchers, 1956)-, en los que los indios era siempre presentados unilateralmente como salvajes. En el crepúsculo de su carrera, Ford se redime con esta película, a modo de testamento, donde la caballería y los indios libran un último combate, casi mecánico, sin poder identificar las raíces de su odio recíproco.
El momento que más les gustará: La batalla, injusta, desequilibrada, como siempre entre los casacas azules y los cheyenes. Diez mil soldados con cañones, de un lado, y trescientos indios sin desalentarse, al otro. Después de esto, los pequeños cinéfilos concienciados estarán listos para leer la versión para adolescentes de A Young People's History Of The United States, de Howard Zinn.
2.- La llave mágica (The Indian in the Cupboard, 1995), de Frank Oz
La sinopsis: Érase una vez un misterioso armario, capaz de dar vida a cualquier juguete... Sagrado regalo de cumpleaños para Omri, de apenas 9 años de edad, que guarda su nueva figurilla india de plástico antes de ir acostarse. Por la mañana, es un auténtico guerrero iroqués, de carne y hueso, en miniatura, que se esconde entre los muebles. Al principio desconcertado (¿quién no lo estaría?), El niño pequeño y el mini bravo desarrollan poco a poco una amistad inquebrantable y conmovedora... Está basada en la novela infantil homónima de Lynne Reid Banks.
Algo que les gustará: "¿Te gustó Toy Story? Es parecida, pero con un indio...". Estrenada el mimso año que el primer largometrajes de los estudios de animación Pixar, este dulce cuento, lleno de ideas ingeniosas -no se pueden perder la construcción de un mini tipi, se basa en la misma fantasía animista compartida por todos los niños, este sueño de encantar lo cotidiano, hasta la más pequeña manta. Ningún pequeño puede resistirse, ganamos de antemano. Incluso los efectos especiales pre-digitales (pero hábiles e inteligentes) no los desanimarán.
Lo que aprenderán: Que los amerindios nos abstractos personajes de las películas del oeste, sino un conjunto de naciones oprimidas. Si, si, este entretenimiento ligero y tierno se atreve abordar la cuestión, a su manera, discreta pero constante, a través de múltiples guiños y réplicas. Pequeño Oso, nuestro héroe iroqués, a hermoso ser insignificante, ha sido arrancado por la magia de su lejana época (1761) a la habitación de Omri. Entonces, se pregunta: "¿Seguimos siendo un gran pueblo?" Con vergüenza infantil, le responde, en esencia: "Siempre... pero no tanto".
El momento que les gustará: El amable Pequeño Oso no es el único que sufre los efectos del armario encantado. Un dinosaurio, un corcel, un caballero, un pequeño soldado... e incluso el mismísimo Dart Vader: la caja de los sueños está en peligro de embalarse, y los cinéfilos en ciernes también.
3.- El llanero solitario (The Lone Ranger, 2013), de Gore Verbinski
La sinopsis: En Texas, en 1869, John Reid, un joven e idealista abogado, participa en la persecución de los peligrosos fuera de la ley. Después de una emboscada, es salvado por un misterioso comanche llamado Tonto (así, en la versión original, pero sustituido por Toro en la versión en español desde la década de 1970, por considerarse que el término, despectivo, denigraba al personaje) y su caballo blanco algo mágico. John acaba convirtiéndose en el Llanero solitario, justiciero enmascarado, y lleva a cabo una investigación con su compañero indio que le conducirá a desenmascarar un vasto complot, alrededor de la construcción del ferrocarril. Basada en la serie televisiva del mismo nombre,
Algo que les gustará: Gore Verbinski ya estaba a cargo de la saga de Piratas del Caribe, epopeya marina que todos los niños conoce de sobra. De nuevo, aquí encontramos la receta (exitosa), marca de la casa, del cineasta: humor, acción, espectaculares efectos especiales, villanos que no dan tanto miedo... E incluso al mismísimo Jonnny Depp que, de pirata algo loco, se transforma en un indio chiflado. Pintarrajeado de blanco y negro, adornada la cabellera con un cuervo de peluche, conjuga lo extraño con la payasada, en una gran comedia.
Lo que aprenderán: El Llanero solitario y su compañero, el comanche Tonto, son pilares de la cultura popular estadounidense. Del folletín radiofónico de los años 1930 hasta un montón de otras obras -series televisivas, cómics, dibujos animados, novelas-, el mito vehículaba una visión paternalista, e incluso caricaturesca, de los amerindios. A pesar de los exceos de Johnny Depp, esta versión intenta remediarlo, infiltrando en medio de la comicidad algunas verdades sobre la expoliación de los pueblos autóctonos.
El momento que les gustará: Encadenados, los dos héroes se enfurecen, huyen y lucha sobre el techo de un tren que corre a toda velocidad en las llanuras del Oeste americano. Unas hermosas escenas de acción, comicidad e ideas visuales, perfectamente ensambladas.