En 1968 se realizó la película mexicana La manzana de la discordia, dirigida por Felipe Cazals e interpretada por Jorge Martínez de Hoyos, Ramón Menéndez, Yolanda Alatorre, Mario Casillas, Yolanda Ciani, Max Kerlow, Giovanni Korporaal. Productora: Cazals. Duración: 75 minutos.
Sinopsis argumental: La película comienza con una orgía en el burdel de un pueblo, Eleazar convence a Vicentino y al alcohólico Narváez de robar y matar a un viejo y rico terrateniente. Al emprender el viaje, un cura los invita a refugiarse en un asilo de ancianos. Cuando dejan el asilo y regresan a su misión, se topan con el veterinario Mario que estacionó su Volkswagen cerca de los villanos para ir por agua a un arroyo. Los tres tipos forcejean con la mujer embarazada del veterinario al que después golpean intentando que les diga dónde está el terrateniente. Mario no sabe nada acerca de la persona que buscan así que Vicentino lo tortura y mata con un cuchillo. La mujer del veterinario intenta huir pero comienza a tener dolores de parto ante Narváez que la mira aún embrutecido por el alcohol. Eleazar ignora los reclamos de su amante Yolanda y siguen su camino en busca del terrateniente. Cuando descubren el cuerpo de Mario, el cura intenta consolar a la parturienta pero termina forcejeando con ella y Yolanda se va en un Tren. Al encontrar al terrateniente, Vicentino se hace pasar por su criado para llevarlo en su silla de ruedas. El terrateniente no es paralítico pero se hace pasar por tal incluso cuando Eleazar lo amenaza de muerte. El hombre intenta convencerlo de su condición pero Eleazar lo mata a tiros y Narváez lanza su cadáver en silla de ruedas por una pendiente. Al final, Eleazar le da a Vicentino la parte del botín que le corresponde y va con Narváez a un burdel del que salen riendo a carcajadas con un árabe.
Nominaciones y premios: Gran Premio Internacional de Cine de Autor en Benalmádena.
Comentario: La ópera prima de Felipe Cazals acerca de tres asesinos a sueldo que matan a un cacique, fue la primera en México que rompió con todos los esquemas cinematográficos, como lo hicieran en Francia Jean-Luc Godard y François Truffaut: los diálogos y las situaciones cambiaban de un momento a otro, así como el emplazamiento de la cámara, el ritmo y la estructura. Al más puro estilo godardiano, Cazals realiza un filme existencialista, donde ya se adivinan los elementos característicos de su cine: la crueldad y la visceralidad. Se conmemora el quincuagésimo aniversario de su realización.
No hay comentarios:
Publicar un comentario