Desde Alicia en el país de las maravillas hasta Cariño, he encogido a los niños, la pantalla grande no esperó a Matt Damon y Una vida a lo grande (Downsizing, 2017) para hacer comedias geniales con héroes pequeños.
En Una vida a lo grande, Matt Damon se deja miniaturizar. Pero no es el primero. En el cine, cuanto más pequeño somos, más grande es la aventura.
- El increíble hombre menguante (The Incredible Shrinking Man, 1957), dirigida por Jack Arnold.
En esta adaptación de un maestro del género -el novelista americano Richard Matheson-, la transformación del desafortunado héroe (Grant Williams) tiende hacia el infinito. De la talla de un niño al tamaño de un microbio, y aún más pequeño. Una gran película que cambia un gato doméstico en un depredador gigante, y nos lleva hasta los confines de la existencia y a la nada.
- Viaje alucinante (Fantastic Voyage, 1966), dirigida por de Richard Fleischer.
Película que sin ninguna duda sirvió de modelo a la posterior El chip prodigioso. Un grupo de intrépidos científicos norteamericanos se introduce en el cerebro de uno de sus colegas, huido de la Unión Soviética, a bordo de un diminuto submarino. Propósito de la misión: librarlo de un coágulo mortal, pero también para derrotar al enemigo bolchevique en la carrera por el progreso científico. La nanoguerra fría.
- El chip prodigioso (Innerspace, 1987), de por Joe Dante.
En esta ingeniosa superproducción, se trata de inyectar ... Dennis Quaid en el cuerpo. Después de una prueba científica, un piloto de élite (microscópico) accidentalmente se encuentra en los zapatos de una persona. Hace bobsleigh en la biofontanería de su nueva nave, pretexto para una simpática comedia de acción, que, sin embargo, con los años ha perdido algo de su encanto... También ha encogido.
- Cariño, he encogido a los niños (Honey, I Shrunk the Kids, 1989), dirigida por Joe Johnston.
Otro experimento que sale mal. ¡Qué idea, también, dejar una máquina en el hogar para miniaturizar cualquier cosa sin vigilancia! Los niños se encogen, y es su entorno familiar el que se convierte en un fabuloso parque de aventuras. En un jardín transformado en una jungla exuberante, el homenaje al clásico de Jack Arnold (ver arriba) es, a la vez, lúdico y obvio.
- Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, 2010), de Tim Burton.
"Bébeme". Todo el mundo recuerda la etiqueta en un misterioso frasco que Alicia encuentra: un elixir para decrecer, para poder entrar en El país de las maravillas. Sin embargo, es necesario saber como dosificar sus efectos con los, inversos, del pastel "Cómeme". Una especie de crisis de crecimiento metafórica, más llamativa en la versión de Tim Burton que en la narración original de Lewis Carroll.
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