viernes, 23 de febrero de 2018

Biografías de cine: Henry King (IV)

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Rodar en el extranjero

Quiso rodar La hermana blanca  (The White Sister, 1923) en Italia, porque pensaba que era imposible hacerla en los Estados Unidos. Siempre le había gustado rodar en escenarios naturales. Prefería volver a la naturaleza, a los lugares en los han ocurrido realmente las cosas. El estudio no formulo la menor objeción a su petición. No obstante, cuando llevaba ya tres meses preparando la película, descubrieron que se proponía eliminar al héroe al final de la misma. Por tanto, enviaron a un jefe de producción a Italia, y también un par de guionistas. Escribieron montones de finales, pero no pudieron encontrar ninguno mejor que el suyo. Así que el jefe de producción opinó que debían a tenerse a ése. Y, cuando la película estuvo acabada, se dieron cuenta de que era el correcto.

El cine sonoro

A finales de los años 1920 no se oía hablar nada más que de cine sonoro. Y algunas de las primeras películas sonoras que rodó le hicieron pensar que se trababa de un invento nefasto. 
"Creía que mi misión era la de contar historias, y que el sonido debía ser utilizado para ello, y no para otra cosa. Estaba rodando una película titulada Ella se va a la guerra (So Goes to War, 1929), y le añadí una canción y unos pocos diálogos. Pero luego me puse a pensar acerca del problema del sonido. Los técnicos procedentes de la radio eran los que dictaban la política a seguir, pero decidí desde el primer momento, que yo, y no otro, debía ser el director de mis películas. Yo era el que tenía una historia en mente, el que encontraba los escenarios naturales y el que mandaba construir los decorados.
Cuando planteé rodar una escena en un determinado lugar, los técnicos de sonido se negaron a ello, alegando que había resonancia. Me alegra mucho que puedan hacerlo, les dije, pues conozco un tipo que si puede. Entonces dijeron que, después de todo, a lo mejor era factible. Rodamos la  escena y salió perfecta".
El sonido de Ella se va a la guerra causó sensación. Tuvieron muchos menos problemas que en los estudios que estaban construyendo en todas partes para rodar con sonido, y en los que todo sonaba plano y apagado. 
Eleanor Boardman, Edmund Burns, y Yola d'Avril en Ella se va a la guerra (1929)
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