martes, 27 de febrero de 2018

El héroe del río

Una recomendación para los más jóvenes y para toda la familia solamente con la sana intención de revisar a los clásicos, El héroe del río (Steamboat Bill, Jr., 1928), largometraje cómico del cine mudo estadounidense, al que podemos considerar una pequeña obra maestra. 
Podemos invocar tres razones para ver (o volver a ver) esta obra clave de la historia del cine: 
1. Por la genial comicidad de Buster Keaton
El héroe del río fue oficialmente dirigida por Charles Reisner. Un cineasta muy apreciado en Hollywood, que anteriormente había trabajado con Charles Chaplin y luego colaboró con los hermanos Marx Brothers. Un buen curriculum, pero que no debe hacernos olvidar que el verdadero autor de la película fue el propio Buster Keaton. El famoso marino del barco de vapor, es el típico héroe keatoniano: un joven ingenuo venido de la ciudad, torpe e incompetente pero que, en situaciones de crisis, realizará proezas inauditas. Sobre todo, destacar la puesta en escena, de una precisión geométrica, es comparable a El maquinista de la General (The General, 1927), la obra maestra de Keaton: la comicidad  nace de los cuerpos más o menos desarreglados, más o menos atormentados. Un simple gesto, incluso si es bosquejado, es suficiente para desencadenar la risa, pero también la emoción.
2. Por la diversión que procura a toda la familia
El héroe del río narra, por una parte, el enfrentamiento poco amistoso entre dos propietarios de barco de vapor en el río Mississippi y, por otra, la difícil convivencia entre luno de esos "viejos lobos de río" y su propio hijo, al que no había visto en más de veinte años. William Canfield (interpretado por el genial Ernest Torrence, el primer capitán Crochet du cinéma), es un calco de la personalidad del propio padre de Keaton. Su obsesión por remodelar a su hijo a su imagen de hombre duro es una reminiscencia de la educación adiestradora de Joe Keaton. Desde los 5 años, el pequeño Buster (usando una perilla falsa), fue forzado a subir al escenario con sus padres. En el espectáculo de music-hall,
que era bastante violento, ya que consistía en que el padre lo lanzara por el escenario e incluso al foso de la orquesta. Y Buster tenía prohibido quejarse y mientras mantenía un rostro inexpresivo en todo momento, lo cual le ganó su apodo, Cara de piedra.
3. Por la antológica escena final
En los doce últimos minutos de El héroe del río, inventa el cine de catástrofe. El actor-realizador había pensado terminar la película con una inundación. Pero después de que las áreas ribereñas del Mississippi fueron devastadas por inundaciones que produjeron muertos, la idea no hizo ninguna gracia a los productores. Entonces, es un ciclón que finalmente golpea la pequeña ciudad imaginaria de River Junction. Pánico general, todos se resguardan en los refugios, excepto Willie (Buster Keaton) que se enfrenta al tornado y a los objetos voladores con valor. Sin salir de su cama de hospital, se encontrará empujado a un establo entre caballos y más tarde, colgado de un árbol desarraigado. Todo se hizo sin trucaje óptico: el viento se simuló utilizando seis motores de avión, seleccionando los más potentes de la época, solo uno era suficiente para levantar un camión ... ¿El momento más cómico y genial de la película (y la más peligrosa)? Mientras toda la fachada de una casa se derrumba sobre él, Buster Keaton sale ileso y sin el menor rasguño porque está justo en el lugar donde cae la ventana, que afortunadamente estaba abierta...
Curiosidades: 
La famosa escena de la ventana ha sido recreada cientos de veces en cine y televisión (pero con mayores medidas de seguridad o efectos especiales), por ejemplo en MacGyver, Arrested Development o en las películas de Jackie Chan.
Esta fue la película que inspiró a Walt Disney para hacer Steamboat Willie (1928), estrenada seis meses después y considerada la primera aparición de Mickey Mouse.

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