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Acortar una larga historia
Aparte de la notable interpretación del propio director de la película, ésta reconstruía a gran escala el Casino de Montecarlo, así como un hotel y el Café de París (decorados que devoraron buena parte del presupuesto y que le permitieron llevar hasta extremos de perfección su afición a los detalles y su gusto por el naturalismo, recreando un mundo imaginario con enorme densidad).
Trina (ZaSu Pitts) y McTeague (Gibson Rowland) tienen una relación que se transforma del romance a la tragedia, en Avaricia (Creed, 1924) |
Pero el primer montaje de la película duraba casi seis horas, y Laemmle y Thalberg (que era por aquel entonces el jefe de producción de la Universal) rechazaron la propuesta de Stroheim de exhibir la película en dos partes y en noches consecutivas. En lugar de cuatro horas para el estreno, que el estudio redujo todavía más, dejándola en poco más de dos horas, aunque incluso esta versión se vio drásticamente reducida algo después. Fue el primer trabajo de Stroheim destrozado por un estudio, costumbre que desgraciadamente, habría de repetirse con prácticamente todas sus películas posteriores.
Stroheim realizó también denodados esfuerzos por contar siempre la misma historia y ofrecer la misma visión del mundo en la pantalla. Tal como señaló William K. Everson en American Silent Film:
""Con la única excepción de Avarici, que no estaba basada en una idea suya, Stroheim parecía contar con idéntica trama básica para todas sus películas, una especie de fantasía sobre la vida aristocrática en la antigua Viena. A partir de Los amores de un príncipe (Merry-Go Round, 1923), todas sus películas importantes fueron variaciones sobre un mismo tema, y abordó cada una de ellas como si fueses la última oportunidad. Volvía una y otra vez sobre los mismos temas y personajes, aunque añadiendo nuevos excesos.
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