Qué los niños vean películas antiguas, es un ardua tarea, Por eso cada seman seleccionamos tres obras accesible a los infantes de 8 a 12 años de la historia del cine y de cualquiera de sus géneros y estilos. En esta ocasión la selección la componen La rosa púrpura de El Cairo, El último gran héroe y El lienzo.
Por supuesto, no sentimos un poco ridículos cuando nos quejamos al comprobas como los más jóvenes ven sus películas en el teléfono móvil... Sin embargo, el efecto de la pantalla grande (incluso si sólo es nuestro televisor), cambia la apariencia, fuerza la inmersión en la historia. Las luces se apagan, los teléfonos también (algo mucho más difícil), recreamos la atmósfera de las habitaciones oscuras (permitimos algunas palomitas) y comenzamos a creer. Total fusión con los personajes en la pantalla. ¿"En", en serio? ¿O, más bien, "dentro" la pantalla? ¿Y si el mundo de la ficción fuera más profundo que un plano blanco? ¿Qué pasaría si le ofreciéramos a nuestros hijos que fueran al otro lado?
En el mundo real, también puedes amar y besarte de verdad... Woody Allen fue el primero en atreverse a cruzar la pantalla. Intrigado por una bella espectadora que viene por quinta vez para ver la película en blanco y negro de la que es el personaje principal, Tom Baxter (Jeff Daniels) sale de la pantalla y entra al mundo en color de la realidad. La bella Cecilia (Mia Farrow) vive un sueño: ¡su héroe de ficción la toma en sus brazos! Pero en la pantalla, se produce el pánico, los actores de reparto ya no pueden interpretar. Entonces el actor que interpreta a Tom lo convence para que vuelva a la película... Oda a la libertad y el poder de la ilusión, La rosa púrpura de El Cairo es también la oportunidad perfecta para explicar las fórmulas "mise en abyme" Y "efecto de carcajada". Gracias, Woody.
Por supuesto, no sentimos un poco ridículos cuando nos quejamos al comprobas como los más jóvenes ven sus películas en el teléfono móvil... Sin embargo, el efecto de la pantalla grande (incluso si sólo es nuestro televisor), cambia la apariencia, fuerza la inmersión en la historia. Las luces se apagan, los teléfonos también (algo mucho más difícil), recreamos la atmósfera de las habitaciones oscuras (permitimos algunas palomitas) y comenzamos a creer. Total fusión con los personajes en la pantalla. ¿"En", en serio? ¿O, más bien, "dentro" la pantalla? ¿Y si el mundo de la ficción fuera más profundo que un plano blanco? ¿Qué pasaría si le ofreciéramos a nuestros hijos que fueran al otro lado?
1.- La rosa púrpura de El Cairo (La Rose pourpre du Caire, 1985), de Woody Allen
Inspirada en El moderno Sherlock Holmes y Seis personajes en busca de autor de Luigi Pirandello.En el mundo real, también puedes amar y besarte de verdad... Woody Allen fue el primero en atreverse a cruzar la pantalla. Intrigado por una bella espectadora que viene por quinta vez para ver la película en blanco y negro de la que es el personaje principal, Tom Baxter (Jeff Daniels) sale de la pantalla y entra al mundo en color de la realidad. La bella Cecilia (Mia Farrow) vive un sueño: ¡su héroe de ficción la toma en sus brazos! Pero en la pantalla, se produce el pánico, los actores de reparto ya no pueden interpretar. Entonces el actor que interpreta a Tom lo convence para que vuelva a la película... Oda a la libertad y el poder de la ilusión, La rosa púrpura de El Cairo es también la oportunidad perfecta para explicar las fórmulas "mise en abyme" Y "efecto de carcajada". Gracias, Woody.
2.- El último gran héroe (Last Action Hero, 1993), de John McTiernan
El ¡abrete, Sésamo! para cruzar la pantalla, es una entrada de cine mágica. La magia, por supuesto, como puerta de entrada. El joven Danny puede así reencontrarse con el héroe de sus películas de acción preferidas, Jack Slater, en su mundo de ficción donde ser un superhéroe no es nada difícil: las balas no matan, las no hacen daño... Pero cuando sucede lo contrario, y que los personajes vengan al mundo real, es un shock: ¡podemos morir de verdad! Incluso Arnold "Terminator" Schwarzenegger cambia y Danny se desorienta... En estos maravillosos tiempos de cine, ¡esto desestabiliza seriamente!
3. El lienzo (Le Tableau, 2011), de Jean-François Laguionie
En esta película de animación, no son los actores los que se escapan de la película, sino los personajes de una pintura. Como la pastora y el deshollinador de la película Le Roi y l'oiseau (1953), de Jacques Prévert y Paul Grimault. Película fantástica que narra la historia de de tres tipos de personajes que viven dentro de un cuadro incompleto y que pertenecen a una clase social distinta. Los Toupins, que han sido pintados totalmente; los Pafins, que poseen varios colores y los Reufs, que son sólo trazos. Esto causa que los primeros sean superiores a los últimos. Por ello, Ramo, Lola y Plume, son tres jóvenes que deciden conseguir que el pintor acabe el cuadro con el objetivo de que la armonía vuelva a reinar entre todos. De cuadro en cuadro, el pequeño grupo se encuentra con los personajes de Matisse, Modigliani o Giacometti. Para deshacerse de las barreras pero también, aquí, de los prejuicios: "¡No estar terminado! Nunca será un insulto".
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