Foxtrot (2017), escrita y dirigida por Samuel Maoz y protagonizada por Está protagonizada por Lior Ashkenazi y Sarah Adler como los padres.
Michael y Dafna Feldmann, una adinerada pareja de Tel Aviv , se enteran de que su hijo, Jonathan, un soldado, murió en el cumplimiento de su deber. Las autoridades militares israelíes se niegan a informar a los angustiados padres dónde y cómo murió Jonathan, o si su cuerpo había sido recuperado. Varias horas más tarde, se les notifica casi de manera práctica que hubo una confusión, y que fue otro Jonathan Feldman quien fue asesinado. Un enojado Michael exige que las Fuerzas de Defensa Israelíes le permitan a Jonathan regresar a casa.
Michael y Dafna Feldmann, una adinerada pareja de Tel Aviv , se enteran de que su hijo, Jonathan, un soldado, murió en el cumplimiento de su deber. [4] Las autoridades militares israelíes se niegan a informar a los angustiados padres dónde y cómo murió Jonathan, o si su cuerpo había sido recuperado. Varias horas más tarde, se les notifica casi de manera práctica que hubo una confusión, y que fue otro Jonathan Feldman quien fue asesinado. Un enojado Michael exige que las Fuerzas de Defensa Israelíes le permitan a Jonathan regresar a casa.
La película luego sigue las experiencias de Jonathan durante su servicio militar como uno de los cuatro soldados que atiende un desolado puesto de control en condiciones primitivas. Un día, los soldados mataron a un grupo de cuatro jóvenes árabes después de confundir una lata de cerveza que salió del automóvil de los árabes con un artefacto explosivo. Los soldados hacen los arreglos para que una excavadora enterre el automóvil con sus ocupantes fallecidos en su interior, y un alto oficial de las Fuerzas de Defensa Israelíes les advierte que no lo divulguen. Más tarde, mientras Jonathan es conducido de regreso a Tel Aviv, el vehículo militar en el que viaja en una carretera desierta y llena de baches se desvía para evitar un camello y rueda por un terraplén.
Las escenas finales siguen a Michael, Dafna y Alma, la hermana menor de Jonathan, seis meses después de su muerte.
Ni una sola imagen es banal. La densidad y la intensidad son la marca del director israelí de Líbano (Lebanon, 2009), la historia de un grupo de soldados del Tsahal (Fuerzas Armadas de Israel), que pasa 24 horas dentro de un tanque, durante la guerra del Líbano, en 1982. Esta vez, elige a una pareja de Tel Aviv, a la que una delegación militar viene a comunicarle la muerte de su hijo e acción. Al escuchar la noticia, la madre se derrumba. Pero la cámara, en vez de mostrar a la mujer desmayada en el suelo, permanece fija en la pintura que hay detrás de ella: una composición geométrica que crea una sensación de vértigo. El padre, por su parte, rechaza tanto lo inaceptable que tiene que poner la mano debajo del grifo del agua caliente para sentir dolor. Él va al hospital donde está su madre para comunicarle la muerte de su nieto. Pero una vez más, la verdad no parece traspasar la nebulosa y desmayada conciencia de la anciana.
El foxtrot es un baile en el que se empieza exactamente en el mismo sitio donde se acaba. A lo largo de tres relatos descubriremos que los errores más humanos basados en la desconfianza pueden acabar por marcar los acontecimientos. Tres episodios en torno a varias generaciones marcadas por la guerra que ahondan en las cicatrices dejadas por los conflictos armados, el absurdo humano y la trivialidad de nuestras acciones.
Fue estrenada en el 74 Festival de Internacional de Cine de Venecia, donde obtuvo el León de Plata- Gran Premio del Jurado. También obtuvo el premio Ophir a la mejor película, convirtiéndose así en la represéntate de Israel en los premios Oscar a la mejor película de habla no inglesa.
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