Una fiesta en el mundo del espectáculo. Agnès Jaoui dirige esta sátira superficial sobre la vanidad de los seres humanos y el miedo a envejecer.
Un presentador de televisión (Jean-Pierre Bacri) cínico, petulante, cuya audiencia cae... Su ex-mujer (Agnès Jaoui), se ha mantenido comprometida con sus ideales… Su hermana (Léa Drucker), una rica productora, atractiva y calculadora. Un joven chófer discreto, una llamativa estrella de YouTube, unos campesinos enojados... Estos son los principales especímenes de un pequeño mundo reunidos durante una gran fiesta, que se celebra en una hermosa propiedad, no lejos de París.
Recuerda inevitablemente en la reciente película de Eric Toledano y Olivier Nakache, C'est la vie, al menos en la sucesión de situaciones cómicas. Se trata del estudio de los personajes y de las corrientes actuales en las que Agnès Jaoui se apoya en esta comedia que con la presencia de varias clases sociales. La película, que aborda la obsesión por la celebridad y la creciente necesidad de reconocimiento público, destaca el hecho que todos viven en una burbuja más o menos potegidos. Jean-Pierre Bacri está siempre en su papel, incluso si su registro es de gruñon, esta vez, autocaricaturesco. La película es picante y graciosa, cuando el sentimiento de vejez , pero en general, es más lenta y menos personal que las anteriores obras de la directora. Son los personajes jóvenes, encarnados por Kevin Azaïs et Nina Meurisse, quienes finalmente son los más interesantes. Ellos evolucionan, sorprenden en su trayectoria, escapando de una dicotomía algo sistemática.
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