Nadir Dendoune nos habla de su madre y de su última película, Unos higos en abril (Des figues en avril), estrenada el pasado 4 de abril de 2018. Una historia íntima de la emigración argelina.
Con esta película documental, el realizador argelino-australiano-francés firma el más abrumador, bello y divertido retrato de su madre, a la que filmó en su pequeño apartamento de dos habitaciones en Ile Saint Denis, en los suburbios de París. Octogenaria (82 años) y más allá de la personalidad entrañable, traviesa, decidida y apasionada de esta mujer, Messaouda Dendoune rememora su vida de mujer inmigrante y de madre de nueve hijos, en un país de adopción, Francia, lejos de su Kabilia natal.
Ahora está aprendiendo a vivir sola desde que su esposo, Mohand, que padece la enfermedad de Alzheimer, ha sido internado en un hogar de ancianos. Messaouda, arrullado por sus icónicos cantantes de la Kabilia, como Slimane Azem, describe con orgullo Su Francia de los barrios populares y el futuro de sus hijos. Un diálogo madre-hijo principio a fin.
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