En la Mostra de 2008, recibió un León de Oro por el conjunto de su obra. Una obra teñida de neorealismo y con una resuelta mirada hacia los más humildes. El realizador italiano murió el domingo 6 de mayo de 2018 en Asiago, en el Véneto, donde se había recluido voluntariamente desde hace más de cuarenta años. Tenía 86 años.
Era el más discreto de los cineastas italianos, a pesar de haber recibido un León de Oro por el conjunto de su carrera en el Festival de Venecia en 2008. Ermanno Olmi, autor de una veintena de largometrajes, de los que el más conocido y famoso es El árbol de los zuecos (L'Albero degli zoccoli, 1978), sorprendente Palma de Oro en el Festival de Cannes de ese mismo, previa a la obtención del César a la mejor película extranjera al año siguiente.
El árbol de los zuecos es una crónica que transcurre larga y lentamente (tres horas), en la búsqueda de la realidad perdida del mundo campesino del pasado - el de sus abuelos, al final del siglo XIX, desde el pelado del maíz a la muerte dl cerdo por Navidad, pasando por la boda tradicional-. Este Farrebique(1) bergamasco es característico del estilo de Olmi, nada de dramaturgia (o muy poca), iluminación natural, grabación de sonido en directo y en el dialecto regional, y el uso de actores no profesionales. "Era -afirmaba-. una cuestión moral: Si quiero filmar una carretera, busco una. ¿Por qué no hacer lo mismo si necesito un campesino o un obrero?"
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| Fotograma de El árbol de los zuecos |
En sus inicios en los años 50 del pasado siglo, había rodado una cuarentena de documentales, la mayoría dedicados al mundo del trabajo, entre ellos están títulos como Tre fili fino a Milano (1958) y Un metro è lungo cinque. En ellos ya se denota la sensibilidad social característica de la cinematografía de Olmi. Pasándose a la ficción en 1959 con Il tempo si è fermato, en ella narra la amistad entre un estudiante y el guardia de una presa situada en un paraje solitario de alta montaña. Como será propio del cine de Olmi, refleja los sentimientos de las personas humildes y su relación con el entorno natural, generalmente olvidados por el séptimo arte. "Los verdaderos protagonistas de la Historia se quedan en la sombra. Lo que quiero es contar la historia de las personas, para quienes hacen la Historia, que carecen de historia" -dijo en otra ocasión.
Su segundo largometraje, El empleo (Il posto, 1961) fue producida por 22 dicembre, productora fundada por el propio Olmi con un grupo de amigos. Narra la historia de dos jóvenes que buscan su primer empleo y tuvo una gran acogida por parte de la crítica. Ganó el Premio de la Crítica en el Festival Internacional de Cine de Venecia. Evoca a el Vittorio De Sica inmediatamente después de la II Guerra Mundial. Muy pronto, sin embargo, Olmi se separa del neorrealismo para verter un humor negro y absurdo, que por cruel que sea, jamás haga despreciar a sus personajes.
Il fidanzati (1963) se centra igualmente en la vida cotidiana de los obreros. A Giovanni le han ofrecido un importante ascenso, pero tendrá que ir a Sicilia y vivir allí año y medio para colaborar en la formación de un nuevo departamento. El único inconveniente es su novia Liliana, pero a pesar de todo, al final, lo deja marchar. Una vez en Sicilia, Giovanni se aburre, se siente muy solo y recuerda continuamente a su novia.
Y vino un hombre (E venne un uomo, 1965), Trabajo centrado en la figura del Papa Juan XXIII, el “Papa bueno”, donde se mezcla ficción y materiales de archivo, la evocación del pasado y la reflexión.
Tras varias películas que no tuvieron gran repercusión como:
- Un cierto día (Un certo giorno, 1969). En pleno apogeo de su carrera, un ejecutivo sufre un accidente que le hace reconsiderar su vida tanto personal como profesional.
- I recuperanti (1969), Durante l'estate (1971) y La circunstancia (La circostanza, 1974), todas ellas para televisión.
(cont.)
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(1) Farrebique ou Les quatre saisons (1946), es una película documental francesa, dirigida por Georges Rouquier, que analiza una familia de campesinos del Macizo Central que vivían aún en régimen de autarquía en vísperas del gran cambio que iba a producirse en el mundo rural, acelerado tras la guerra. Farrebique es una evocación de las cuatro edades de la vida, desarrollada al hilo de las cuatro estaciones, y tejida con los pequeños acontecimientos de la vida cotidiana, sus penas y sus alegrías.
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