¿Hacer descubrir una buena vieja película a los más pequeños? No siempre es fácil... Como en otras entradas seleccionamos tres películas que sean accesibles a los más pequeños de la casa de cualquier género o estilo dentro de la historia del cine. En esta ocasión en el programa: regreso al futuro, al pasado y al más allá.
Pasado, presente, futuro: todos los niños han aprendido la complejidad del tiempo con un friso histórico en una pizarra negra (que es verde después de lustros). Prehistoria, Edad Media, Renacimiento, etc. El cine es el instrumento ideal para viajar sin restricciones a todas las épocas, ir y venir entre el recuerdo y el futuro entre la tradición y la anticipación.
¿No decimos que dejamos de ser niños cuándo dejamos de vivir el presente, cuándo comienza a rodearnos la melancolía? A continuación presentamos tres películas lúdicas, que juegan con la transcurso temporal y que proponen viajar sin movernos de nuestro sofá. Por tres cineastas que no han dejado de tener alma de niño.
Pasado, presente, futuro: todos los niños han aprendido la complejidad del tiempo con un friso histórico en una pizarra negra (que es verde después de lustros). Prehistoria, Edad Media, Renacimiento, etc. El cine es el instrumento ideal para viajar sin restricciones a todas las épocas, ir y venir entre el recuerdo y el futuro entre la tradición y la anticipación.
¿No decimos que dejamos de ser niños cuándo dejamos de vivir el presente, cuándo comienza a rodearnos la melancolía? A continuación presentamos tres películas lúdicas, que juegan con la transcurso temporal y que proponen viajar sin movernos de nuestro sofá. Por tres cineastas que no han dejado de tener alma de niño.
1.- El tiempo en sus manos (The Time Machine, 1960), de George Pal
La novela de ciencia-ficción de H.G. Wells, en la que está inspirada, fue publicada en 1895, el año de la invención del cine. ¿Casualidad? No lo creemos. El viaje que se propone aquí es sobre todo un viaje al país de los efectos especiales antiguos. Si el inventor de la famosa máquina es transportado sucesivamente de lleno a la guerra (a 1917, a 1940), después a 1966 para asistir a una explosión nuclear, la película toma toda su dimensión en la parte directamente tomada de la novela, en el futuro, en el año 802701, cuando se trata de combatir a los odiosos Morlocks, especie de monos blancos que han esclavizado a la población mundial. Los niños habituados a ver volar a Harry Potter y surgir una dinosaurios más verdaderos que los naturales, descubrirán el placer de las maquetas, de las marionetas y de la lava confeccionada con harina de avena y colorante rojo.
2.- Los héroes del tiempo (Time Bandits, 1981), de Terry Gilliam
Chronos es un pastelero. Y su obra está más próxima a una milhojas que del friso lineal. No es el obstinado Terry Gilliam quien diga lo contrario, él que dedicó su vida a hacer que sus personajes viajen entre capas de hojaldre invertido. A veces, como en su reciente película El hombre que mató a Don Quijote (The Man Who Killed Don Quixote, 2018), o en la que sigue siendo su película más masterizada hasta la fecha, 12 Monos (Twelve Monkeys, 1995), inspirada en El muelle (La Jetée, 1962), de Chris Marker, obra maestra del género que juega salto con tiempos y recuerdos. Pero Los héroes del tiempo, su segunda película posterior a Los caballeros de la mesa cuadrada ysus locos seguidores (Monty Python and the Holy Grail, 1975) Monty Python, sigue siendo una delicia para los niños con Kevin, su héroe en pijama, caminando por el armario de su habitación para acompañar a media docena de enanos astutos en un largo viaje al mundo, donde se encontrarán con ¡Napoleón, Robin Hood, Gulliver, el Titanic y Agamenón!3.- Regreso al futuro (Back to the Future, 1985), de Robert Zemeckis
El viaje que propone esta película de culto para todo adolescente de los años 1980, es un retorno al año 1985, año de su estreno. Antes que la película comience, se puede explicar a los más pequeños que toda película está marcado por las condiciones en las que se realizó. Una película es al mismo tiempo un documental de la época en la que se rodó y un viaje en la memoria de los espectadores. El primer recuerdo dejado por una película, antes de hablar de la trama, es el de su primer visionado. Una vez este concepto se ha asimilado, nos deleitaremos con el genio de Zemeckis, que ha sustituido la maquina de viajar en el tiempo por un automóvil de acero inoxidable, el célebre DeLorean de Doc, que permite a Marty viajar a los años 1950 -los de la infancia de Zemeckis como por casualidad-, para asistir al encuentro de sus padres. Fantasía compartida por cualquier descendiente un poco curioso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario