Sólo los amantes sobreviven (Only lovers left alive, 2013), de Jim Jarmusch, jugando con los códigos de la película de vampiros, Jim Jarmusch firma una hermosa película de amor anticonformista. Festival de Sitges: Premio Especial del Jurado.
Con el mito de los vampiros, Jim Jarmusch puede proyectar su soledad nocturna y elegante, pero también ganar en suspenso: sus héroes están sedientos de sangre, de acuerdo con los códigos del género. Ella es, Eve (Tilda Swinton), más musa que nunca. Él, Adam (Tom Hiddleston) vive recluido en medio de su colección de guitarras. Son tan civilizados que se abastecen de hemoglobina gracias las existencias hospitalarias, tanto como les sea posible... Adam, un músico underground profundamente deprimido por la dirección que han tomado los actos de la humanidad, se reúne con su dura y enigmática amante, Eve, quien no tiene problemas en reconocer su condición de vampiro. Su historia de amor ha prevalecido durante varios siglos, pero su libertino idilio pronto es interrumpido por la llegada de Ava, la salvaje e incontrolable hermana menor de aquella. A medida que su mundo se desmorona a su alrededor, ¿podrán estas astutas pero frágiles criaturas de la noche seguir existiendo antes de que sea demasiado tarde?
Con esta película, Jarmusch responde a la saga Crepúsculo (Twilight) o a True Blood (Sangre fresca) (la serie de televisión) al dar a los vampiros un caché literario. Sus personajes se han encontrado con Shakespeare, Schubert, Einstein... ¿Cómo vivir cuando ya se han tenido varias vidas? Esta es la pregunta que atormenta sus viajes inmóviles o transatlánticos: Jarmusch, ex príncipe de la vanguardia de Nueva York, ya estaba haciendo la pregunta en Flores rotas (Broken Flowers, 2005). Pero los paseos de los dos héroes en Tánger y Detroit, ambas ciudades románticamente desoladas, también celebran la inevitable transformación de las cosas. Y dicen la belleza de las ruinas, estanques de novedad latentes.
El otro antídoto para el desencanto es el ideal de la pareja. Viendo los tiempos pasar para dos, desde el balcón de su peculiaridad, este es el hobby favorito de "los únicos amantes que quedan vivos", como dice el título. Pero ten cuidado, el gran amor de Jim, que vivió parcialmente a la distancia, es poco convencional. Puede y debe regenerarse por accidente, transgresión. En este sentido, Jarmusch, que siempre se toma su tiempo, reserva la mayor cantidad de sangre para el final.
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