No podemos perdernos El sueño de Ellis (The Immigrant, 2013), de James Gray. En 1921, Ewa y su hermana Magda dejan su Polonia natal y emigran a Nueva York. Cuando llegan a Ellis Island, a Magda, enferma de tuberculosis, la ponen en cuarentena. Ewa, sola y desamparada, cae en manos de Bruno, un rufián sin escrúpulos. Para salvar a su hermana, Ewa está dispuesta a aceptar todos los sacrificios y se entrega resignada a la prostitución. La llegada de Orlando, ilusionista y primo de Bruno, le devuelve la confianza y la esperanza de alcanzar días mejores. Con lo que no cuenta es con los celos de Bruno.
Un excelente melodrama sobre la emigración, un homenaje a la gente que, en tiempos de confusión y supervivencia, como los primeros años del siglo XX en Nueva York, momento en que transcurre la historia, hace lo que tienen que hacer para sobrevivir. Una nueva denuncia del sueño americano. Un melodrama desmesurado y oscuro, si se quiere, aunque también, por momentos, mágico. La magia tiene su peso en la película de Gray.
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