Nunca Me Abandones (Never Let Me Go, 2010), dirigida por Mark Romanek. Adaptación de una novela de Kazuo Ishiguro, el autor de Lo que queda del día, que también fue llevada al cine por James Ivory en 1993.
Un triángulo amoroso que se desarrolla entre tres amigos que crecieron juntos en un aislado y misterioso internado y que además están destinados a llevar una vida breve. Ellos son especímenes científicos, creados en un laboratorio y que fueron creados con el fin de ofrecer sus órganos a pacientes gravemente enfermos. Como niños, Kathy (Carey Mulligan), Tommy (Andrew Garfield) y Ruth (Keira Knightley) pasan su infancia en Hailsham, una escuela inglesa aparentemente idílica. Cuando salen de la escuela y la terrible verdad de su vida les es revelada, deben afrontarla así como sus profundos sentimientos de amor, celos y traiciones que amenazan con separarlos. La película es narrada por Kathy cuando tiene 28 años de edad ya que ella recuerda su infancia en Hailsham, así como su vida adulta después de salir de la escuela. La historia se desarrolla en una Inglaterra distinta, en la que los seres humanos son clonados para proporcionar sus órganos para trasplantes. Kathy y sus compañeros de clase han sido creados para ser donantes, aunque Kathy, ya convertida en adulta, está trabajando temporalmente como "cuidador", alguien que apoya y convence a los donantes que se les hace renunciar a sus órganos y, eventualmente, someterse a la muerte.
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