Una fascinación por los excesos
El gasto en todas sus formas, el exceso, la caricatura caracterizan el espectacular cine de Forman, llena de locos disfrazados, bufones y artistas, Los fantasmas de Goya (Goya's Ghosts, 2006). Situada en la España de 1792. Goya (Stellan Skarsgard), el pintor de la Corte de Carlos IV (1788-1808), se ve implicado en un gran escándalo cuando su musa adolescente (Natalie Portman) es acusada de herejía por un importante miembro de la Inquisición (Javier Bardem).
No tiene sentido estar interesado en lo que escapa a lo razonable, es decir, a la locura, la que construyó su gloria, gracias al Alguien voló sobre el nido del cuco (One Flew Over the Cuckoo's Nest, 1975), película multioscarizada (cinco estatuillas en total) y de numerosos premios internacionales. Si todo el mundo no conoce necesariamente el nombre de Forman, muchos han visto al menos esta electrochoque de ficción, describiendo de una manera a la vez truculenta y aterradora la vida diaria en un hospital psiquiátrico. Jack Nicholson, un hombre condenado por asalto, y un espíritu libre que vive contracorriente, hace una actuación alucinante que ha contribuido a su leyenda. Tampoco olvidamos a su gran amigo, el líder indio (Will Sampson), fuerte como una montaña, que pretende ser sordo y tonto. Ayer como hoy, la película, una metáfora de la sociedad basada en un sistema de represión, sacude. Es un himno poderoso y conmovedor a la resistencia.
Los excesos vitales: La seducción en Valmont (1989), el sexo en El escándalo de Larry Flynt (The People vs. Larry Flynt, 1996) o el humor siempre tiene que ver en Forman con la insubordinación.
En este último género, el humorístico, el retrato que hizo de Andy Kaufman (interpretado por Jim Carrey), cómico famoso en los Estados Unidos de finales de la década de 1970, y su deslumbrante carrera, es edificante. Man on the moon (1999) muestra cómo este bufón ultra provocativo revoluciona el espectáculo jugando "contra el público", atacándolo casi.
Su sana locura, su indecisión, su incapacidad fundamental para encontrarse al mismo tiempo que aceptar todas las formas de poder, son también las que encontraron la mayoría de los personajes queridos por Forman. El cual había representado en en 2011 como el viejo amante checo de Catherine Deneuve en Les Bien-aimés, dirigida por Christophe Honoré. Un papel en el que era muy entrañable, en la imagen perfecta de su cine, barroco y melancólico.
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