Solas (1999), de Benito Zambrano
Ganadora de cinco Goyas y muy bien considerada por la crítica internacional de la época, Solas cuenta la historia de una mujer María (Ana Fernández) malvive en un oscuro apartamento de un barrio miserable, trabaja eventualmente como chica de la limpieza y, casi con cuarenta años, descubre que está embarazada de un hombre que no la ama. Su soledad es tan grande que sólo encuentra consuelo en la bebida. Su madre (María Galiana), que ha consumido su vida al lado de un hombre violento e intolerante, no tiene ni siquiera el consuelo de tenerla cerca. Con motivo del ingreso de su marido en un hospital, la madre visita a María en su apartamento y conoce a un vecino viudo (Carlos Álvarez) que vive con su perro. La relación que se establece entre estos tres náufragos alivia sus soledades y deja una puerta abierta a la esperanza. Al final, apuesta por continuar con el embarazo. Una historia humana y emocionante.
El crimen del padre Amaro (2002), de Carlos Carrera
Es una película mexicana del año 2002 basada en la novela homónima del escritor portugués Eça de Queirós, escrita en 1875. Amaro, un joven de 24 años recién ordenado sacerdote, llega a la parroquia de un pequeño pueblo de México para apoyar en los servicios de la parroquia al Padre Benito. El Padre Amaro, poco a poco, se va dando cuenta de los que sucede en el pueblo: el Padre Benito recibe ayuda económica de los narcos de la región; otro cura de la diócesis, el Padre Natalio, es sospechoso de ayudar a guerrilleros. En el pueblo, el Padre Amaro conoce a Amelia, una chica de 16 años, con la que empezará a mantener una relación amorosa. Pero las cosas se complican cuando Amelia queda embarazada. Casi al mismo tiempo el Padre Benito sufre un accidente y el Padre Natalio recibe amenazas de ser excomulgado. Amaro, en medio de todos estos problemas, rehúsa a poner en juego su carrera como sacerdote ante el embarazo de Amelia y la obliga a abortar de forma clandestina.
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