La unión del creativo realizador Tsui Hark y del nuevo y saltarín Sherlock Holmes chino hace chispas en Detective Dee: The Four Heavenly Kings (Di Renjie zhi Sidatianwang, 2018), peca de ser demasiado espectacular.
El Sherlock Holmes chino del siglo VII está de vuelta. En su tercera aventura bajo la dirección de Tsui Hark, el detective Dee se enfrenta a una formidable banda de guerreros enmascarados, para impedir que unos hechiceros puedan apoderarse del Dragon dócil (sic) -su espada indestructible forjada de un meteorito- y, como de costumbre, frustrar las maquinaciones de la Emperatriz Wu, su enemiga jurada...
El más loco de los cineastas de Hong Kong no cambia una fórmula que ha demostrado su eficacia. Esta Detective Dee: The Four Heavenly Kings, como Detective Dee y el misterio de la llama fantasma (Di renjie: Tong tian di guo, 2010) y Young Detective Dee: Rise of the Sea Dragon (Di Renjie: Shen du long wang, 2013), que la precedieron, combina peleas, artes marciales, acrobacias que desafían la ley de la gravedad, relatos de aventuras folletinescas con múltiples divagaciones y magia delirante en unos decorados y un vestuario de un lujo extravagante.
Para competir con las películas más exitosas de Hollywood, la franquicia asiática va siempre más lejos hasta la desmesura - con el riesgo de agotar al espectador-. ¿Clave de la película? Una confrontación sin sentido (el uso del 3D es, de nuevo, muy creativo) entre un King Kong albino y un Buda gigante con un cuerpo de miles de ojos. Excepto quizás las acrobacias de Misión: Imposible - Fallout (2018), será difícil encontrar algo más espectacular para ver en el cine este año. Pero la próxima vez, venerable Tsui Hark, haznos un favor: menos efectos especiales, menos disparos y, sobre todo, ¡menos ruido!
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