Rodada en blanco y negro, la película filipina Season of Devil (Ang panahon ng halimaw, 2018), dirigida por Lav Diaz, destaca por su duración tres horas y cincuenta y cuatro minutos. Fue seleccionada para competir por el Oso de Oro de l Festival de Internacional de Cine de Berlín.
A finales de los setenta, el dictador Ferdinand Marcos armó a decenas de miles de civiles para que denunciaran y amenazaran a los “enemigos comunistas” del pueblo filipino. La película cuenta, a lo largo de cuatro horas, la militarización de esa sociedad civil a través de la historia de Lorena, una doctora que abre una clínica para los pobres y desaparece sin dejar rastro, y su marido, el poeta Hugo Haniway, que, desesperado, se interna en la jungla para encontrarla.
La novedad que presenta el nuevo cuento épico de Lav Diaz es rotunda: los diálogos son canciones. Piensen en un Jacques Demy ‘amateur’ y en blanco y negro, en planos fijos y largos, y que abunda en un registro marcadamente político. Hay, como siempre en Diaz, la necesidad de devolver la voz a los desfavorecidos, de denunciar el despotismo colonial o totalitarista al que han sido sometidos a lo largo de la Historia. El resultado es acaso demasiado ingenuo en sus intenciones ideológicas, intermitentemente bello, y agotador, muy agotador.
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