Claire Denis pretende seguir los pasos de Stanley Kubrick o Andrei Tarkovsky interpretando High Life, con Robert Pattinson. Una película formalmente exitosa, pero con un guión que desconcierta...
En el cine, la ciencia-ficción, como el cine negro, siempre ha permitido a los guionistas y cineastas reflejar sus sueños y temores. En la década de 1950, por ejemplo, en América, la Guerra Fría dividió las mentes. Por un lado, tuvimos la La invasión de los ladrones de cuerpos (Invasion of the Body Snatchers, 1956) de Don Siegel, la película narra una invasión extraterrestre en la que esporas provenientes del espacio exterior dan origen a vainas, de las que surgen copias idénticas de seres humanos... Por otro lado, en Ultimátum a la Tierra (The Day the Earth Stood, 1951), de Robert Wise , 1951), el alienígena fue un mensajero pacífico que vino a advertir a los humanos que sus tonterías habían durado lo suficiente: si no cambiaban su conducta estrecha y vengativa, su destrucción se volvería inevitable...
Mia Goth en High Life (2018) |
Duelo en la cumbre
Los gigantes se enfrentan a su fin en la siguiente década: Stanley Kubrick rueda 2001: Una odisea del espacio (2001, The Space Odyssey), en 1968: una declaración misteriosa y magnífica sobre la evaporación del hombre y la progresiva humanización del robot pensante. En desacuerdo con esta tesis, demasiado materialista en sus ojos, Andrei Tarkovsky da un giro radical y dirige, cuatro años más tarde, Solaris (Solyaris, 1972): la historia de un cosmonauta que, en una estación espacial devastada, se enfrentó a sus responsabilidades, sus recuerdos y sus fantasmas. Empezando con el fantasma de su esposa, muerta por su culpa... Ambas películas son espléndidas. En ese momento, la ciencia ficción volaba alto...
André Benjamin en High Life (2018) |
Sin pretender igualarlas, Claire Denis ha intentado con High Life (presentada el 9 de septiembre de 2018 en el Festival Internacional de Cine Toronto), seguir sus pasos: "2001: Una odisea del espacio estará para siempre en nuestras neuronas y en nuestros cuerpos", afirmó. En cuanto a Andrei Tarkovsky, ella lo consideraba como "un genio benevolente que me protegió, me alentó, me inspiró"... Formalmente, High Life es bastante rotunda. Sin mucho dinero, la directora logró crear un espacio convincente: esta nave espacial agonizante y mórbida donde sobrevive a Robert Pattinson, el adorable papaíto de los astronautas cadaverizados.
Lars Eidinger en High Life (2018) |
Esperando a James Gray...
Problema, de todos modos: el guión. Los cineastas de la década de 1950 mostraron claramente sus intenciones. Kubrick y Tarkovsky llevaron hasta sus últimas consecuencias sus reflexiones. Claire Denis, en realidad no. Su proósito sigue siendo tan extra y tan inútil, en última instancia, como los experimentos de Juliette Binoche con los fluidos corporales de Robert Pattinson.
Juliette Binoche en High Life (2018) |
Conocemos el gusto de la cineasta por lo orgánico: ella filma, tan cerca como nadie, el cuerpo de legionarios en Buen trabajo (Beau Travail, 1999); mezcla provocativamente el sexo y la antropofagia en Problema cada día (Trouble Every Day, 2001). Pero esta vez, ni su pasión ni su insolencia realmente han funcionado.
¿O será James Gray quien devuelva a la ciencia-ficción su magia pasada? Una suave y terca espiritualidad pendía sobre su melodrama aparentemente realista, El sueño de Ellis (The Immigrant, 2014), con Marion Cotillard. Y en el extraño viaje realizado por Charlie Hunnam y Robert Pattinson en Z. La ciudad perdida (The Lost City of Z, 2016). Co-guionista con Ethan Gross, su nueva película, Ad Astra (2019), será una variación de la novela de Joseph Conrad, El corazón de las tinieblas (Heart of Darkness, 1899). Veremos a Brad Pitt ir al espacio en busca de su padre, quien ha estado desaparecido durante veinte años, en una misión a Neptuno. El lanzamiento de Ad Astra. está programado para mayo de 2019. Justo en este momento. ¡Así que, hasta el próximo Festival de Cine de Cannes!.
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