El director japonés Hirokazu Koreeda, que recibió la Palma de Oro en el Festival de Cannes, por su película Un asunto de familia (Manbiki kazoku, 2018), que no es su primera inmersión familiar. A continuación, cinco de sus mejores películas.
Hirokazu Koreeda, 55 años, ha obtenido su consagración en la primavera última con la Palma de Oro por Un asunto de familia, su décimo tercer largometraje, que se estrenó en España el 21 de diciembre de 2018. El cine de Koreeda modesto y delicado, que aborda con gran delicadeza una temáticas duras como el duelo, la culpabilidad o el abandono de los parientes (a menudo enfrentado a la solidaridad fraternal). Un gran cronista de las roturas íntimas y de las tensiones familiares en la mejor de las cinco películas.
Sakura And, Miyu Sasaki, Kairi Jyo, Lily Franky, Mayu Matsuoka y Kilin Kiki en Un asunto familia |
1- Nadie sabe (Dare mo shiranai, 2004)
Basada en una historia real, Nadie sabe es una crónica de una noticia sobre cuatro niños abandonados por su madre y que viven solos, sin que nadie lo sepa, en un apartamento de Tokio. Es en esta película que Koreeda se ha convertido en un gran cineasta de la infancia, capaz de despertar (y captar) una tremenda sutileza para la interpretación en sus actores jóvenes y entrañables, tanto en la alegría despreocupada como en la tragedia. Todas las cualidades que se pueden encontrar en Un asunto de familia.
2- Still walking (Caminando) (Aruitemo, Aruitemo, 2008)
Retrato de familia, siempre, pero un poco perversa... Cada verano, el patriarca reúne a los suyos para conmemorar la muerte de su hijo predilecto, invitando a la persona responsable de ese drama que no se atreve a rehusar. Detrás de la serenidad de las apariencias y de una ternura muy real, se percibe la preocupación, la oscuridad e incluso la crueldad... Como es habitual en Koreeda, el tema y la puesta en escena (muchos interiores) evocan irresistiblemente al cine de Ozu. pero, la tragicomedia, a la vez divertida y abrumadora, Still Walking (Caminando) también recuerda a Chejov.
3- After Life (Wandafuru raifu, 1998)
Diez años antes de Still Walking, Hirokazu Koreeda estaba ya interesado por el peso de la pérdida, por la culpabilidad y la presencia del pasado. Pero en un registro fantástico... Los personajes de la sobrenatural After Life están muertos... aunque parecen más vivos que los propios vivos. La acción, más fantástica que Maborosi (Maboroshi no hikari, 1995), se desarrolla en las oficinas de la "administración del limbo": una securidad social de los difuntos que se encarga de recibir a los recién llegados y de recoger el único recuerdo que desean conservar para la eternidad... Raras veces hemos visto una películas sobre fantasmas tan tranquila. Ni una reflexión sobre la muerte tan optimista.
4- De tal padre, tal hijo (Soshite chichi ni naru, 2013)
Dos bebés fueron intercambiados en la maternidad del hospital. Las familias, una rica pero un poco inmovilista, la otra pobre y bohemia, lo conocen seis años después... No, no es La vida es un largo río tranquilo (La vie est un long fleuve tranquille, 1989), de Etienne Chatilliez, sino la novena película de Koreeda. Que no busca hacer reír, sino relatar las consecuencias psicológicas de dicha revelación. La película es, una vez más, simplemente sobre la infancia, pero narra ante todo el nacimiento de un padre. Moraleja de esta delicada fábula: uno no se convierte en padre aisladamente.
5- El tercer asesinato (Sando-me no satsujin, 2017)
Es la intrusa de la filmografía de Koreeda: un drama judicial, en el que un abogado de una asesino reincidente se convence que su cliente podría ser inocente... En las crónicas familiares del director, vimos la elegancia y la calma acababan por revelar las neurosis y la angustia. En El tercer asesinato, es a la inversa: partiendo de un hecho sórdido, Koreeda logra infundir, con pequeños toques, la delicadeza así como la ternura en un relato muy negro.
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