Nacida bajo el estrellado cielo del séptimo arte, Lily-Rose Depp vuela con sus propias alas. La joven evanescente de Planetarium (2016) o La bailarina (The Dancer, 2016) se ha encarnado y se impone en el primer papel de Les fauves (2018), de Vincent Mariette.
Lili-Rose Depp en La bailarina (2016) |
Lily-Rose Depp, la hija de "una estrella y un león (Johnny Depp)", como cantaba su madre Vanessa Paradis casi con su misma edad, es una hija tan bien nacida que ha esperado a ser un hito en el instante mismo en el que ella puso un pie delante de la cámara. Especialmente si, como su madre, también es la imagen de una marca de lujo que atrapa la luz. Desde el principio, la damisela supo elegir sus películas, ambiciosas e inspiradas: en Planetarium, de Rebecca Zlotowski, interpretó a una joven espiritista, frágil y etérea como un fantasma. En La bailarina, de Stephanie Di Giusto, representaba con la gracia de otro tiempo a la joven Isadora Duncan, lo que le valió una nominación al César a la mejor actriz novel.
Natalie Portman yLily-Rose Depp en Planetarium (2016) |
Estábamos convencidos de que Lily-Rose estaba hecha para ser etérea, irreal, cubierta con velos o encajes. Pero desde hace unos meses, la adolescente se hizo carne: bueno de este mundo, en vaqueros ajustados o pantalones corto de veraneante. Al final del año pasado, en Un hombre fiel (L'homme fidèle, 2018), Louis Garrel le había dado un nombre bíblico, Eve, una hermana celosa y enamorada...
Lily-Rose Depp en Un hombre fiel (2018) |
En Les fauves (2018) es ya la protagonista, Laura. Es verano, en algún lugar de la Dordoña, los jóvenes desaparecen. Los rumores más salvajes circulan, estamos hablando de un felino merodeador. Laura busca dilucidar el misterio y conoce a Paul, un escritor extraño que lo atrae tanto como la asusta. A medida que se acercan, un amante rechazado por Laura desaparece a su vez...
Lily-Rose Depp en Les fauves (2018) |
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