Al querer piratear unos videojuegos, un estudiante de secundaria puede desencadenar un conflicto nuclear. ¿Te ríes? Ronald Reagan, no, quien de un éxito de taquilla veraniego hizo su mejor argumento para cambiar la política de seguridad informática de los Estados Unidos. Te lo contamos.
En la Casa Blanca, miércoles, junio de 1983. Ronald Reagan recibe a sus asesores militares y a dieciséis miembros del congreso. No fue realmente el último encuentro donde se habla sobre el cine (incluso si el famoso programa de defensa estratégica presentado por Estados Unidos hace tres meses se llamaba... Star Wars).
Y, sin embargo, ese día, rodeado de generales y expertos en seguridad nacional, el ex actor convertido en presidente de repente leyendo sus acreditaciones, les pregunta si alguien en la sala ha visto el nuevo éxito de taquilla de Hollywood. ¿El qué? La audiencia con cicatrices de medallas y la de los que se quedan sin habla no ven realmente la conexión con el tema tan serio de la reunión: las conversaciones sobre armas nucleares con la Unión Soviética.
Ronald Reagan es el único que ha visto Juegos de guerra (WarGames), de John Badham unos días antes en su residencia de Camp David. Esta divertida película, que marcará a una generación de adolescentes, le dio sudores fríos. De hecho, el joven héroe de la película (Matthew Broderick) es, a menos que me equivoque, el primer "hacker" en la historia del cine. Un estudiante de secundaria inteligente y un "friki" apasionado, utiliza un sistema llamado demon-dialing (una técnica de "piratería") para acceder de forma remota a un servidor de videojuegos. El más atractivo se llama Guerra Termonuclear Global. ¡Genial! Excepto que en realidad se ha introducido erróneamente en una supercomputadora del Pentágono, y se está preparando para comenzar la Tercera Guerra Mundial...
- "Señor presidente, la situación es mucho peor de lo que pensabamos".
"¿Podrían este tipo de cosas suceder realmente? Reagan le pregunta a su Jefe de Estado Mayor, el General John W. Wessey Jr., quien promete informarse. Una larga semana después, la respuesta es digna de una réplica de WarGames: "Señor Presidente, la situación es mucho peor de lo que pensaba. De hecho, si en el lado estadounidense, la NSA (o Agencia de Seguridad Nacional, famosa agencia de inteligencia estadounidense) había estado espiando durante mucho tiempo en los sistemas de telecomunicaciones soviéticos y chinos, era probable, incluso fatal, que los "hackers" del enemigo devolviera golpe por golpe. Y el constante desarrollo de las redes que conectan computadoras entre sí, aún lejos de Internet como lo conocemos hoy en día, hizo que todo tipo de datos confidenciales fueran vulnerables.
Así, dieciocho meses después, nació la primera directiva presidencial sobre seguridad informática (o NSDD-145: National policy on telecommunications and automated information systems security), que fue enmendada rápidamente por la oposición demócrata al Congreso. La disposición hubiera permitido a la NSA "proteger" a todos los servidores y redes del país ... incluidos los de empresas privadas y particulares. El comienzo de una lucha entre la seguridad y la vida privada, entre el interés estatal y la libertad individual, que sigue siendo más relevante que nunca. O cómo, hace treinta y seis años, en la era en que las computadoras personales aún eran un lujo raro, una película para adolescentes ha pirateado el futuro.
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