El protagonista de Todas las mañanas del mundo o Les galettes de Pont-Aven murió tras una larga enfermedad.
Fue uno de los actores más entrañables de su generación. Jean-Pierre Marielle, quien llevó su humor y bonhomía al cine y a los escenarios desde los años 1950, murió a la edad de 87 años. En una declaración, su esposa escribe: "Agathe Marielle anuncia tristemente que su esposo, el actor Jean-Pierre Marielle, murió el 24 de abril, a las 16:24, en el hospital de Quatre-Villes, en Saint-Cloud, después de una larga enfermedad.
En 2007, afirmó: "Soy uno de esos actores que tienen un don inexplicable de invención". Jean-Pierre Marielle nunca siguió una carrera planificada, habiéndose convertido en actor un poco por casualidad... Lo cual no le impidió actuar en cien películas. Aquí están los cinco más destacadas en nuestra opinión.
En 2007, afirmó: "Soy uno de esos actores que tienen un don inexplicable de invención". Jean-Pierre Marielle nunca siguió una carrera planificada, habiéndose convertido en actor un poco por casualidad... Lo cual no le impidió actuar en cien películas. Aquí están los cinco más destacadas en nuestra opinión.
Qué empiece la fiesta (Que la fête commence, 1975), de Bertrand Tavernier
Años 1970, años obscenos, y actores truculentos, que quizás no los haya habido más grandes: Philippe Noiret como Philippe d’Orléans, Jean Rochefort como Padre Dubois, Jean-Pierre Marielle el marqués de Pontcallec, un noble bretón. Tres notorios libertinos.
Les galettes de Pont-Aven (1975), de Joël Seria
Henri Serin es un representante de paraguas, y solo tiene dos pasiones: pintar y los culos... Para interpretar a este gran fresco de 40 años de edad y extravagante, obsesionado con los traseros, gran bebedor, tocando fondo. Edredón, era necesario al menos Jean-Pierre Marielle. Esta película es un magnífico bigotudo.
Calmos (1976), de Bertrand Blier
¿Contra las feministas o los mahistas? Blier no se corta y, de golpe, su película produce un ligero malestar. Marielle y Rochefort, ambos, están grandiosos.
Un maestro de la viola da gamba consigue la admiración de su discípulo. Dos concepciones de la música y la vida se enfrentan. Una obra maestra austera para ver y escuchar, en la que Jean-Pierre Marielle tuvo uno de sus papeles más fascinantes.
Cómicos en apuros (Les Grands Ducs, 1996), de Patrice Leconte
Marielle, Rochefort y Noiret son tres actores anónimos, pero muy astutos, van de gira por las carreteras de Francia con una obra supuestamente explosiva llamada ”Scoubodou”. Para ello cuentan con la financiación de un empresario de teatro fraudulento con bastantes malas intenciones. Una película que describe con gracia la afectación, sus excesos, sus manías, sus límites, y si el sacrificio de los actores es unánime, nuestras preferencias son para Marielle, genialmente pedante.
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