¿Hacer descubrir una vieja y buena películas a los más pequeños? No siempre es fácil. Periódicamente, seleccionamos tres obras accesibles a los niños y niñas entre 8 y 12 años, seleccionadas de la historia del cine y que pueden pertenecer a cualquier género o estilo.
¡Porque no sólo existe Disney en la vida de un niño, con sus héroes perfectos (blancos y rubios) y sus jóvenes y encantadores princesas! Desde Freud y Bettelheim, sabemos la importancia que tienen los cuentos de hadas en el desarrollo psicológico de los niños. Ayudan a comprender y superar el miedo al lobo, la muerte de los padres, la llegada de una madrastra arrogante, incluso los intentos de un padre incestuoso (gracias, Piel de asno (Peau d'âne, 1970)).
Charles Perrault y los hermanos Grimm transcriben leyendas orales occidentales y el tío Walt las universalizó. Imponiendo la belleza y la valentía como cualidades esenciales, sin olvidar a los "muchos niños" que completan el cuadro. Pero desde Shrek, sabemos que no es así, que las princesas pueden ser verdes y los príncipes enloquecen. Y alivia... ¿Si miramos un poco en otra parte para inculcar otros valores a nuestros hijos?
1.- Sabrina (1954), de Billy Wilder
Porque las princesas también pueden tener carácter. Y hoy en día (en este caso, en el siglo XX), viajar en un automóvil en lugar de una carroza y llevar vestidos firmados por Givenchy. Sabrina (Audrey Hepburn, sublime por cierto, pero morena), como Cenicienta, es al principio pobre. Como un muchacho perdido, ella trepa árboles, lo cual no es en absoluto adecuado para una chica. Y en este cuento, no es una varita mágica de su madrina la que la convertirá en una hermosa joven (es decir, lista para casarse), sino en una estancia en París, capital de París. Moda, amor, en definitiva, lujuria para el público estadounidense.
Billy Wilder comienza su historia con "Érase una vez", películas de claros de luna, escenas románticas e incluso bailes... luego cruje la mecánica: el prícnicpe encantador (William Holden) es un guapo seductor e hijo de papá, al que le robará el protagonismo su hermano mayor, hombre de negocios gruñón (Humpfrey Bogart). ¡Bienvenido a la vida real! Aquí es Cenicienta quien dirige el baile y pasa los brazos de uno a otro, a pesar de la enorme diferencia de edad, ¡qué audacia! Sabrina "prueba" a sus pretendientes y al final elige. Moralidad: una Cenicienta moderna es una princesa feliz.
2.- Panda y la Serpiente Mágica (Hakujaden, 1958), de Taiji Yabushita
Porque los cuentos también pueden tomarse prestados de otros autores, como Perrault o Grimm ... Este está inspirado en una leyenda china y nos embarca en otro mundo con diferentes mitos y creencias. Allí, las princesas son en realidad serpientes con poderes mágicos.
Conocida por ser la primera película animada japonesa en color y que ha maravillado al joven Hayao Miyazaki, esta Panda y la Serpiente Mágica (que no debe confundirse con la historia de Grimm que lleva el mismo título, decididamente...) nos sumerge en un imaginario menos convencional, donde el mundo real golpea al de los espíritus, donde los fantasmas pueden ser más sensibles que los humanos y donde los elementos acuden en ayuda de los héroes (el mar se embravece para ayudar a los amantes).
Los dibujos, en general, pueden evocar al viejo Disney, pero las impresiones y las pagodas reemplazan agradablemente a los castillos. Moralidad: Una serpiente puede ser más sexy que la traicionera Kaa del Libro de la Selva.
3.- La princes prometida (Princess Bride, 1987), de Rob Reiner
Porque los cuentos de hadas pueden ser tan absurdos como románticos. Al principio, Rob Reiner es mu clásico: un abuelo (Peter Falk, periodo post-Colombo), trata de leer a su pequeño nieto enfermo un libro de caballería. Para rivalizar con los videojuegos, el abuelito tendrá que engañarlo, transformando el antiguo cuento con un humor absurdo a lo Monty Python.
Hay una hermosa y rubia princesa llamada Buttercup (Robin Wrigh Penn, como Aurore de La bella durmiente del bosque) y un mozo de caballerizas, rubio igualmente, que se muere de amor por ella, besos sobre un fondo celestial rosa y pruebas que superar. Pero todo sale mal, en gran medida: el bestiario habitual (ratoncitos maliciosos y un gato felón) es sustituido por "RDI (Roedores con Dimensiones Inusitadas), los corsarios sin fe ni ley hablan en alejandrinos y el héroe se pasa casi toda la película semiparalizado. Moraleja: un gran sinsentido puede resucitar una vieja fábula.
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