Falso y un uso falso, puede conducir... ¡al cine! En un momento en que ¿Podrás perdonarme algún día? (Can You Ever Forgive Me?, 2018) se estrenaba en los cines, volvemos nuestra mirada a cinco películas que tratan sobre el tema.
1.- Atrapa a un ladrón (To Catch A Thief, 1955), de Alfred Hitchcock
John Robie "El Gato" (Cary Grant) lo jura. No ha robado la joya, durante más de quince años ha llevado una vida honrada en la Riviera. Lo que ocurre es que los robos con su firma se multiplican. El Gato, interpretado por el divino Cary Grant, es víctima de un "imitador" que deberá desenmascarar para tener paz y tranquilidad. Alfred Hitchcock luego organiza el juego de escondite bajo el sol de la Costa Azul. Los personajes mienten tanto como respiran, eso sí con clase. Mientras el elegante protagonista busca escapar de la policía el tiempo suficiente para exculparse, Grace Kelly, radiante como la señorita Stevens, le ayuda en disipar las dudas. El resultado es una comedia ligera y alegre, llena de buenas palabras, erotismo y crueldad. Y lo que confirma de pasada la idea de que los gatos siempre caen de pie.
2.- A pleno sol (Plein soleil, 1960), de René Clément
Tom Ripley, un joven estafador sin dinero, es encargado de una misión por 5.000 dólares, por un multimillonario estadounidense: traer a su hijo Philip de regreso a San Francisco, quien ha estado pasando unas vacaciones románticas bajo el intenso calor siciliano durante demasiado tiempo. Para lograrlo, Tom se sumerge en la intimidad de la pareja y se convierte en la mano amiga del niño de oro, que le paga con muchas humillaciones... Hasta el día en que Tom lo mata y toma su identidad, intentando robar su herencia y su prometida. René Clément firma aquí una vertiginosa adaptación de la novela de Patricia Highsmith y da a luz a un actor felino: Alain Delon. Este último pone su inquietante belleza al servicio de este personaje ambiguo, consumido por el febril deseo de convertirse en otro.
3.- Cómo robar un millón y... (How to Steal a Million, 1966), de William Wyler
En esta comedia de William Wyler con un divertido guión, Audrey Hepburn interpreta a Nicole Bonnet, una encantadora mujer de clase media con un pedigrí particular, que preferiría mantener en secreto. Tanto su abuelo como su padre, un reconocido coleccionista de arte, tenían el molesto hábito de falsificar obras maestras. Simon Dermott, un ladrón experto, con las características de Peter O'Toole, no lo sabe, pero que aún no conoce al director del museo parisino Kleber-Lafayette, quien pidió prestado a los Bonet su preciada Venus de Cellini, una famosa estatuilla, a la que se realizará una evaluación para una exposición. Nicole se aterroriza. Ella es la única que sabe que esta es una falsificación hecha por su abuelo. Para salvar a su familia del deshonor, solo hay una solución: robar la Venus del museo. Luego sigue un descanso con una dirección cuestionable, pero con mucho encanto, porque a lo largo de esta misión casi imposible, Hepburn está vestida por Hubert de Givenchy. Chic.
4.- Fraude (F for Fake, 1973), de Orson Welles
Envuelto en una capa negra, el cigarro en sus labio y el ojo travieso, Orson Welles narra la (verdadera) historia de dos estafadores hallados en Ibiza en la década de 1970, que elevaron la falsificación al rango de arte. El muy carismático Elmyr de Hory: un genio falsificador que reproduce pinturas de maestros posimpresionistas con una destreza desconcertante. Algunos de sus Matisse y Modigliani incluso estaban colgados en las paredes de los principales museos. Y su biógrafo, Clifford Irving, mejor conocido por la controversia sobre la falsa autobiografía de Howard Hughes. Este último afirmó no haberle entregado nunca su manuscrito, lo que no impidió que los "expertos" autenticaran formalmente su escrito... Al igual que sus dos amigos, a Orson Welles le encanta engañar al mundo. El espectador pierde el pie en este vertiginoso documental de edición. Es difícil distinguir lo verdadero de lo falso, pero queda una certeza: esta reflexión sobre la mentira del arte y el arte de mentir es fascinante.
5.- Atrápame si puedes (Catch Me If You Can, 2002), de Steven Spielberg
Steven Spielberg también ha sido seducido por un as de la falsificación: Frank Abagnale Jr. El director se inspiró en las hazañas de este joven falsificador estadounidense que, a los 16 años, hacía malabares con las identidades. Primero fue un piloto de línea aérea a principios de la década de 1960, falsificó cheques para volar a expensas de Pan Am y sustrajo millones de dólares. Luego usurpará la identidad de un médico, luego la de un abogado... Todo esto antes de alcanzar los 22 años, y antes de ser capturado por la policía francesa y el FBI. Interpretado por un soberbio Leonardo DiCaprio, este falsificador, tan escurridizo como conmovedor, engaña a los demás brillantemente, empleando un revoltijo de disfraces y otras trampas infantiles, como para escapar hasta el último momento de la vida adulta. Un drama jadeante, teñido de melancolía.
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