Un asesinato, un par de marginales acusados, un comisionado que irradia sabiduría ... Y un notable cambio de registro para el cineasta con su película Oh Mercy! (Roubaix, une lumière) (2019).
Este es un asesinato que Marguerite Duras podría haber calificado misteriosamente como "sublime". Una historia que combina amor e ignominia, traición y locura. Una anciana solitaria fue robada y asesinada en su cama durante las vacaciones. Los sospechosos son dos vecinos, todavía jóvenes, sin ingresos, alcohólicos y parejas. El hecho, auténtico, registrado recientemente en un documental impresionó a Arnaud Desplechin hasta el punto de que el cineasta ha dejado a los intelectuales en crisis, héroes habituales de sus presuntas autoficciones. Cambio de registro, por lo tanto.
Desplechin todavía está en casa: como se anunció en el título, la escena del crimen (y toda la acción) se encuentra en Roubaix, donde nació el director, creció y ya filmó Un cuento de Navidad (Un conte de Noël, 2008), Tres recuerdos de mi juventud (Trois Souvenirs de ma jeunesse, 2015) y parte de Los fantasmas de Ismael (Les fantômes d’Ismaël, 2017). En un denso prólogo de múltiples ramificaciones, pinta la imagen en movimiento de una ciudad próspera...
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