Dos personajes se cruzan sin verse... El director de Le péril jeune (1994) y Una casa de locos (L'Auberge espagnole, 2002) filma París y su soledad ultramoderna en este romance medio serio y medio en broma, Tan cerca, tan lejos (Deux Moi, 2019).
Han pasado casi treinta años desde que Cédric Klapisch capturaba las emociones de sus jóvenes contemporáneos en el flujo de las ciudades. Así reveló una generación de actores que han envejecido al mismo tiempo que nosotros desde su Le péril jeune. En Barcelona, Cécile de France aprendió el arte de besar a su amigo Romain Duris, Una casa de locos (L'Auberge espagnole, 2002), el mismo que diez años después intentó recuperar a Audrey Tautou en Nueva York en Nueva vida en Nueva York (Casse-tête chinois, 2013). O siguiendo los pasos de Garance Clavel en Cada uno busca su gato (Chacun cherche son chat, 1996) o, nuevamente, a Romain Duris en París (2008), el cineasta regresa regularmente para tomarle el pulso a Paname (apodo de París). Esta vez, el muy actual François Civil y la luminosa Ana Girardot encarnarán al joven "Klapischienne" en una comedia a medias ligera, mitad seria.
Viajando sobre rieles y plataformas de transporte público, para rodear a un joven y una joven que bostezan en medio de la multitud de un tren subterráneo: Rémy y Mélanie viven la soledad ultramoderna, en dos edificios unidos, uno al otro. Mañana y tarde, caminan, sin verse, por la misma acera. Solo en su empresa (que se parece a Amazon) de la que no fue despedido, Remy sufre de insomnio en su pequeño apartamento provincial al que vino a "respirar" en el anonimato de la capital. Investigadora en defensas inmunitarias... Sin saberlo, toman dos caminos que los llevarán en la misma dirección... ¿El de una historia de amor?
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