En Dakar, la revelación de una heroína después de la partida de los hombres a Europa...
Comienza como un flagelo en la emigración de trabajadores senegaleses jóvenes y mal pagados (o nada en absoluto, durante meses) por su trabajo en una torre futurista frente al Atlántico, un edificio que nunca podrán habitar. Aquí se embarcan una noche sin previo aviso a bordo de una canoa, dirección Gibraltar y una vida mejor, creen ellos. Pero la primera originalidad de la película es seguir a los que quedan, con los ojos clavados en el océano tormentoso: las novias, las hermanas, las madres de estos emigrantes. Una asombrosa escena de discoteca en la playa revela una clientela femenina, los jóvenes trabajadores de la construcción, que solían buscar a las chicas después del trabajo, han desaparecido. Algo sobrenatural comienza a flotar en el aire ... Nacimiento de fantasmas. La heroína, Ada, no se consuela por la partida de Solimán, a quien amaba en secreto. Su entorno la empuja a casarse con un hombre anormalmente rico, presentado como su única oportunidad.
Mati Diop, franco-senegalés de 37 años, hija del músico Wasis Diop, sobrina del cineasta Djibril Diop Mambéty, firma allí un primer largometraje de espléndida brillantez y densidad, recompensado con el Gran Premio de Cannes. Revela las muchas razones para enfurecer al pueblo senegalés, pero también antídotos fabulosos para la desesperación. El informe social es pesado: además de la miseria que conduce a la emigración ilegal y la corrupción de los sectores público y privado, el vislumbre del destino de las mujeres aterroriza. "Felicidades, señora, su hija es virgen", dijo el médico a la madre de Ada, después de una prueba ginecológica reclamada por la familia del futuro esposo. Ada también escucha que debe engatusar obligatoriamente a su rico prometido, de lo contrario "tomará una segunda esposa, incluso antes de su primer hijo". Cuando, al acercarse el matrimonio, todo sale mal, y los genios (espíritus) se involucran, incluso el morabito demuestra ser atrozmente sexista: para él, los demonios toman posesión de las chicas por su ombligo, al dejarlos visibles.
Cuando una tragedia colectiva termina en la emancipación de una mujer
Como el fuego destruye sin razón aparente la cara cama donde se celebraría la noche de bodas, es un incendio alucinante y poético que ilumina la película, -otras golpes dramáticos frustran la fatalidad-. La policía se enfrenta a extraños zombis con ojos fluorescentes que rondan la noche de Dakar, desde el popular distrito de Ada hasta las villas de los ricos promotores inmobiliarios: seres vivos repentinamente habitados por las almas de los inmigrantes naufragados. El último movimiento evoca una carta palpitante y hermosa, una declaración de amor e independencia enviada al amanecer por la heroína. Porque, contra viento y marea, Atlantics: A Ghost Love Story (Atlantique), cuenta, finalmente, la misma historia que Titanic, de James Cameron: una tragedia colectiva y la pérdida de un ser querido, al menos, para la emancipación de una mujer.
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