Para un adolescente de hoy, el 11 de noviembre no es más que una conmemoración, y la Gran Guerra de 1914-1918 casi tan lejana como la extinción de los dinosaurios. Traemos tres películas que ayudarán a que ellos aprendan (o recuerden) que una de las mayores tragedias del siglo XX acabó hace tan sólo 101 años.
1.- Sendero de gloria (Paths of Glory, 1957), de Stanley Kubrick
Si fuera necesario ver solo una película, será esta. O cómo conocer los horrores de la Gran Guerra a través de una obra maestra inspirada en hechos reales. En 1916, los soldados franceses se negaron participar en una operación suicida. Se les sometió a un consejo de guerra y corriendo el riesgo de ser ejecutados por "cobardía ante el enemigo". Solo un oficial (Kirk Douglas) intenta oponerse a esta injusticia. El enemigo aquí no es tanto el ejercito contrario como el deseo de gloria del Estado mayor y su desprecio por los que considera carne de cañón. La tercera película de Stanley Kubrick es una acusación magistral contra la locura belicista y una gran lección de historia. Recomendable a partir de 12 años.
Kirk Douglas en Sendero de gloria (1957) |
2.- Johnny cogió su fusil (Johnny got his gun, 1971), de Dalton Trumbo
Es la más virulenta, la más conmovedora, la más cruel y la más pacifista de las películas jamás filmadas sobre la I Guerra Mundial. Dalton Trumbo, también una famosa víctima del macartismo, nos presenta a un joven que parte hacia el frente con una flor en el rifle en la frente y, literalmente, vuelve mutilado de por vida»). Su destino es peor que la muerte: ciego, sordo, perdidos los sentidos del gustos y el olfato, brazos y piernas amputados, reducido a un torso viviente, y aislado casi completamente de la realidad, prisionero en sí mismo, acostado en su cama de dolor, encarna él solo una generación perdida, mutilada. A partir de 15 años.
Timothy Bottoms y Diane Varsi en Johnny cogió su fusil (1971) |
3.- El pabellón de los oficiales (La Chambre des officiers, 2001), de François Dupeyron
Esta película sensible y justa también se une a las secuelas de la guerra. Es un homenaje a los "mandíbulas rotas", todos esos jóvenes soldados desfigurados por la metralla, como el personaje de Eric Caravaca, suspendidos entre la muerte y la supervivencia, entre la desesperación y la ira, entre la compasión de otros y su repulsión. O cómo recordar que el 11 de noviembre de 1918, nadie realmente ganó la guerra. A partir de 13 años.
El pabellón de oficiales (2001) |
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