En Montfermeil, la ciudad de Bosquets estalla como resultado de una redada policial, filmada por un niño. Un trabajo magistral.
Es rara, en cuanto a lo comedida y ala multitud de matices que despliega para tratar un tema explosivo. Aún más rara cuando acaba siendo una película épica, que cada minuto cautiva. Este es el prodigio queLos miserables (Les Misérables, 2019) ofrece hoy, un retrato de la ciudad de Montfermeil, al este de París, condensa todas las tensiones sociales, convirtiéndose en un barril de pólvora, sin utilizar los códigos y las caricaturas del llamado cine suburbano.
¿Quién robó el cachorro de circo en poder de los gitanos? El día después de la victoria veraniega de los Blues en la Copa Mundial de fútbol, en un clima supuestamente suavizado por este evento, las temperaturas están subiendo y el espíritu se está calentando en la Francia de hoy, multiétnica y mixta. La ira de los gitanos es, al principio, casi teatral, en sintonía con una sorprendente presentación de los diversos grupos que pueblan la ciudad de Grove, como una escena propicia para la elocuencia. Hay musulmanes radicales y sus puestos comunitarios; el falso alcalde, caïd en jefe con una camiseta estampada "Le Maire", el verbo atronador, interlocutor habitual de la policía local; los falsos arrepentidos, liberados de la prisión y cantando ejemplaridad; la banda infantil, "los microbios", principalmente de Mali....
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