Es el autor del thriller más emocionante del año, Dragged Across Concrete (2018), con Mel Gibson y Vince Vaughn. Y sin embargo, ¿quién conoce a S. Craig Zahler, prolífico guionista, escritor de westerns y brillante director?
Alrededor de veinte guiones, ya, todos aceptados por Hollywood, pero nunca realizados. Excepto uno, The Incident, rodado en 2011 por un francés, Alexandre Courtès (director de la primera temporada de la serie Au service de la France). Obviamente, S. Craig Zahler, 46 años, no tiene suerte. Sobre todo porque las tres películas que ha dirigido son casi desconocidas. La último, Dragged Across Concrete (afortunadamente se encuentra en VOD y DVD) es, sin embargo, el thriller más brillante y emocionante del año.
Su trama parece banal: Dos policías, uno veterano (Gibson) y el otro más joven y volátil (Vaughn), son suspendidos cuando un vídeo de sus duras tácticas de detención de delincuentes se convierte en la noticia del día en los medios de comunicación.
Pero es la forma de observar este pequeño mundo lo que sorprende. Que subyuga. Inmediatamente notamos una sensación del díalogo que podría acercarnos al cineasta Quentin Tarantino. Si, no es que solo, como en éste, la logorrea verbal haga avanzar la acción. En S. Craig Zahler, es el silencio entre líneas lo que gradualmente da lugar al humor distante y distorsionado que coincide brillantemente con cinismo y burla.
Pura insolencia
Esta lentitud psicológica, este gusto por lo extraño y, sobre todo, este alargamiento permanente del tiempo solo pueden desorientar a los tomadores de decisiones de los grandes estudios actuales de Hollywood que se decantan por la furia, la grandilocuencia y el infantilismo. Sobre todo porque, para evitar atraer definitivamente su simpatía, el cineasta nunca falla, por sus declaraciones y actos, en mostrarles una indiferencia que paga con pura insolencia.
Además, no está dispuesto a cumplir la fórmula de Chateaubriand, aunque profunda: "Debemos emplear el desprecio con una gran economía, debido a la gran cantidad de necesitados", el director vierte el mismo sobre todo los bienpensantes y moralizadores que, en todo el mundo, quieren imponer su ley. A riesgo de equivocarnos, diríamos que nos recuerda a Richard Fleischer, Don Siegel y Robert Aldrich, cuando dirigían respectivamente, en los años 1970, Los nuevos centuriones (The New Centurions, 1972), La gran estafa (Charley Varrick, 1973), La patrulla de los inmorales (The Choirboys, 1977)...
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