Noah Baumbach dirige un drama impactante sobre el tema del divorcio, protagonizado por la intensa interpretación de la pareja formada por Scarlett Johansson y Adam Driver. Seria y llena de amargura, la película dirige una mirada cruel al desencanto y la batalla que desencadena la separación matrimonial, hasta el punto que la película se envuelve con la atmósfera de un un auténtico thriller.
Debemos creer que la separación y el divorcio obsesionan a Noah Baumbach. El autor de Nueva York de Frances Ha (2013) ya había tratado el tema en Una historia de Brooklyn (The Squid and the Whale, 2005). Pero esta vez, incluso si hay custodia de un hijo en juego, la trama se centra en la pareja. Es la historia de un matrimonio. Pero no narrada en forma cronológica cómo se conocieron y enamoraron sino que está contada a partir de su disolución. El guionista y director parece creer que en el final es donde están las claves de todo lo que salió mal, pero también todo lo que estuvo (y está) bien en la que la pareja formada por Charlie, un talentoso director teatral, y Nicole, una actriz que se hizo famosa en una película juvenil, pero abandonó la posibilidad de seguir una carrera en el cine para actuar en las obras de su marido.
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