- Todo es silencio (2012). Basada en la novela homónima del escritor Manuel Rivas. Interpretada por Quim Gutiérrez, Miguel Ángel Silvestre, Celia Freijeiro, Juan Diego, Xoque Carvajal, Axel Fernández, Carolina Cao, Sergio González, Chete Lera. Su estreno se produjo en la inauguración de la 57.ª edición de la Semana Internacional de Cine de Valladolid. Fue nominada en la categoría de mejor guion adaptado en XXVII edición de los Premios Goya. Años 1970. En Noitía, un pueblo de la costa atlántica gallega, viven Fins y Brinco, dos adolescentes que mantienen una relación de amistosa rivalidad en medio de la cual se encuentra Leda, una chica algo mayor que ellos. La joven elige a Fins y lo arrastra en la búsqueda de los tesoros que los naufragios arrojan a las playas. Su relación se interrumpe bruscamente cuando Fins se va del pueblo, tras la muerte de su padre mientras pescaba con dinamita. Cuando veinte años después, Fins vuelve convertido en policía, comprueba que todo ha cambiado en Noitía: el tradicional contrabando de tabaco ha sido sustituido por el narcotráfico, que está bajo el control del cacique local, cuyo lugarteniente es Brinco, que, además, ha tenido un hijo con Leda. Fins someterá a la pareja a una vigilancia, en la que se entremezclan el cumplimiento del deber con viejos sentimientos.
- Tiempo después (2018). Una coproducción hispano-portuguesa, basada en la novela homónima de José Luis Cuerda, fue la última película que dirigió. Interpretada por Roberto Álamo, Miguel Rellán, Blanca Suárez, Arturo Valls, Carlos Areces, Manolo Solo, Gabino Diego, Miguel Herrán, Berto Romero, Daniel Pérez Prada, Antonio de la Torre, Joaquín Reyes, Raúl Cimas, Nerea Camacho, Pepe Ocio, Secun De La Rosa, Iñaki Ardanaz, María Ballesteros, Saturnino García, César Sarachu, Javier Bódalo, Joan Pera, Estefanía de los Santos, Martín Caparrós, Fernando González, Marcos Zan, María Caballero, Luis Pérezagua, Nacho López, Andreu Buenafuente, Eva Hache. En el 9177, mil años arriba, mil años abajo -que tampoco hay que pillarse los dedos con estas minucias-, el mundo entero (y según algunos, el universo también) se ha visto reducido a un solo Edificio Representativo y a unas afueras cochambrosas habitadas por todos los parados y hambrientos del cosmos. Entre todos estos desgraciados está José María, un tipo que decide que salvando ciertas dificultades, y mediante la venta en el Edificio Representativo de una riquísima limonada que él mismo manufactura, otro mundo es posible. Esta película es la "secuela espiritual" de Amanece que no es poco.
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