Con una sensibilidad abrumadora, ilumina Revenir, la nueva película de Jessica Palud, presentada en el último Festival de Venecia. Con su gran interpretación, casi animal, ya había impresionado como padre incestuoso con Catherine Corsini en Un amor imposible (Un amour impossible, 2018) o como reportero de guerra con Guillaume de Fontenay en Sympathie pour le diable (2019).
Hace una década, lo descubrimos en Yo maté a mi madre (J’ai tué ma mère, 2009), luego sensual en los Los amores imaginarios (Les amours imaginaires, 2010). Al contemplar su belleza prerrafaelista el joven prodigio Xavier Dolan, imagina al francocanadiense Niels Schneider como un ángel que pasa, no necesariamente destinado a quedarse. Pero se instaló... en el cine francés. Y después de algunos papeles -L'Âge atomique (2012), de Héléna Klotz, Les rencontres d'après minuit (2013)-, de Yann Gonzalez), su atractivo se impuso como la del diablo en Diamant noir (2016), de Arthur Harari (2016), papel con el que ganó el Cesar al mejor actor novel.
Revenir (2019) |
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