El 1 de julio de 1970 se estrenó la película italiana El conformista (Il conformista), dirigida por Bernardo Bertolucci e interpretada por Jean-Louis Trintignant, Stefania Sandrelli, Dominique Sanda, Gastone Moschin, Enzo Tarascio, Fosco Giachetti, José Quaglio, Pierre Clémenti, Yvonne Sanson, Orso Maria Guerrini, Giuseppe Addobbati, Christian Aligny, Antonio Maestri, Milly, Luciano Rossi, Alessandro Haber, Pierangelo Civera, Massimo Sarchielli, Umberto Silvestri, Carlo Gaddi, Luigi Antonio Guerra, Furio Pellerani. Productora: Coproducción Italia-Francia; Mars Films Produzione/Marianne Productions/Maran Film. Duración: 108 minutos.
Sinopsis argumental: Siendo niño, Marcello dispara al chófer de su familia, Lino Seminara, a quién cree haber matado. Como consecuencia, el chico crece en la Italia fascista con un cierto complejo de culpabilidad, no sólo por haber asesinado a un hombre, sino también por escrúpulos de tipo moral. Su única obsesión es ser como los demás, lo que le impulsa a refugiarse en el fascismo, no por ambiciones políticas, sino para confundirse en la indiferencia y el conformismo. El 25 de julio de 1943, en una manifestación que celebra el derrumbamiento del régimen fascista italiano, reconoce entre la muchedumbre el rostro del chófer Lino, a quién creía muerto y Marcello se desmoraliza al ver que ha desperdiciado su vida por un sentido de culpabilidad que no tenía fundamento.
Nominaciones y premios: Nominada al Oscar: Mejor guión adaptado; Globos de oro: Nominada a mejor película extranjera; Círculo de Críticos de Nueva York: Nominada a mejor director; Premios David di Donatello: Mejor película (ex-aequo); Festival de Berlín: Premio Interfilm (Recomendación).
Comentario: Una atmósfera de violencia y represión en la Italia fascista es el marco sugerente en que se mueve esta adaptación de la novela homónima de 1951 de Alberto Moravia de la mano del realizador Bernardo Bertolucci. La película inicia la trayectoria cinematográfica más abiertamente política del director, en la que hay apuntes sociales que posteriormente desarrollará mucho más en profundidad en El último tango en París y en Novecento.
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