El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice, 1946), de Tay Garnett
Frank, un trotamundos, llega al parador de carretera de Nick Smith, donde consigue un trabajo. La mujer de Nick, Cora, pronto empezará un sórdido romance con el recién llegado, y juntos planearán el asesinato del marido. Convencidos de que la policía investigará el caso a fondo, deben hacer creer a todo el mundo que ha sido un accidente.
Obra maestra indiscutible del género, el cine negro alcanza una de sus cumbres con este absorbente ejercicio de suspense, en el que pocas veces una cámara de cine amó tanto el rostro de una mujer, belleza fatal hecha celuloide.
Esta novela de James M. Cain ha dado origen a otras tres películas, además de la citada en el título: el ejercicio de estilo Le dernier tourant (1939), de Pierre Chenal; la primera obra de Visconti, Ossesione (1943) y el 'remake' también titulado El cartero siempre llama dos veces (The Postman Always Rings Twice, 1981), dirigido por Bob Rafelson e interpretado esta vez por Jack Nicholson y Jessica Lange.
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